Continuando el camino comenzado en el
Centro de Formación Docente “Agustín Ferreiro” en febrero de
este año, por primera vez el “Ser Nativos” viaja a Paysandú.
A pedido de la CAPDER de este
Departamento, Lucía González, la cual había participado de las
jornadas en dicho Centro, se implementó el Proyecto en la Escuela
Rural Nº7 “San Francisco”.
Enorme fue la alegría de ver posible
uno de nuestros sueños más anhelados, marcando un mojón en la
historia del Proyecto “Ser Nativos”.
El largo viaje y algunos imprevistos,
se vieron recompensados por un cúmulo de caritas alegres que nos
esperaban en la puerta de la Escuela. Se respiraba un clima de enorme
expectativa, expresada en las miradas de los niños.
La bienvenida fue muy cálida, de
desayuno nos esperaban tostadas con dulce de Guayabo del País,
preparados con sus propias manitos y con el ayuda de su Maestra.
Muchos futuros chef nos explicaban con detalle paso por paso cómo
recoger el fruto, cómo limpiarlo, cómo hacer el dulce y por
supuesto, la cantidad que comieron.
Quedamos gratamente sorprendidos con el
conocimiento de los alumnos sobre nuestra flora y fauna nativa,
evidenciando el compromiso de los alumnos y docentes al realizar
trabajos preparativos para recibir este Proyecto.
Durante nuestra charla de introducción,
muchos padres y abuelos realizaron valiosos aportes sobre saberes
populares de la zona.
También se creó un montecito nativo
en el parque escolar, el cual contaba con un módulo completo de
diversas especies de plantas. Era emocionante ver los delantales
blancos mezclarse con los diversos colores de las vestimentas de
padres, abuelos, hermanos que, como palomitas entre otros diversos
pájaros y los arboles, creaban una atmósfera de ecosistema nativo
escolar.
Existiendo padres, familiares, docentes
y alumnos de la comunidad comprometidos con este Proyecto, nos hace
tener la certeza de que este paso que dimos, aportará ese “granito
de arena” en el enriquecimiento educativo de un ámbito tan sagrado
como lo es la Escuela.
Se culminó esta fructífera jornada,
con cantos acompañados por una guitarra criolla, continuando con la
algarabía y felicidad del día.
Estos momentos compartidos y la
despedida emotiva, hizo que el viaje de vuelta fuera una mezcla de
emociones, gratitud enorme hacia esas personas que apuestan por lo
positivo, a esos docentes y familiares que honran la vida con la
entrega afectiva hacia los niños...
Otro pasito más que vamos avanzando en
este sueño de poder llegar a más escuelas del país, que más niños
aprendan a preservar lo nuestro, conociendo en profundidad nuestra
riquezas naturales y culturales, refortaleciendo el sentido de
pertenencia.
A todos los que hicieron posible ésto
y a los que siempre nos apoyan de una u otra manera ¡Muchas gracias!