Los días 16, 17 y 18 de Julio de 1866
se produjo uno de las más recias batallas durante la Guerra de la
Triple Alianza (Argentina, Brasil y Uruguay) contra Paraguay,
desarrollada entre 1865 a 1870.
Cuatrocientos kilómetros al sur de
Asunción, casi sobre la confluencia de los ríos Paraguay y Paraná,
el ejército aliado se encontraba acampado en Tuyutí, inhóspita
zona ubicada entre Estero Bellaco y Estero Gómez. Los paraguayos por
su parte habían realizado bajo la dirección del ingeniero inglés
George Thompson un fuerte perímetro defensivo compuesto de
trincheras y profundos fosos, celosamente vigilado por las tropas de
infantería y caballería, además de las piezas de artillería
(cañones) que cerraban con sus fuegos la defensa del sector conocido
como “El Cuadrilátero”. En esta lejana y conflictiva zona se
sucederían a lo largo de la guerra memorables batallas como la de
Itapirú, Paso de Patria, Estero Bellaco, Tuyutí (la batalla más
grande que jamás se haya dado en América de Sur), Boquerón del
Sauce, Yataity Corá, Curuzú, Curupayty y Humaitá entre otras.
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(Mapa) |
La Batalla de Boquerón del Sauce,
también conocida como Potrero del Sauce, ha quedado en retratada por
el trabajo de los fotógrafos de la Casa “Bate y Cia” de
Montevideo, quienes seguían el camino de los ejércitos retratando
momentos de la campaña.
Es así que la que se conoce como la
foto más relevante de la guerra es la que se observa tropas del
Batallón “Florida” de Infantería Nro. 1 de Uruguay, conduciendo
el cuerpo sin vida de su jefe, el Cnel. León de Palleja, quién
había caído al frente de su batallón, en el ataque llevado a cabo
intentando tomar la trinchera paraguaya que cerraba el acceso al
Potrero de Boquerón del Sauce donde se encontraba el campamento
paraguayo. Esta trinchera era inexpugnable, ya que para alcanzarla se
debían recorrer 400 metros por un callejón abierto en el monte de
la “Selva del Sauce” mientras se exponía la tropa a los disparos
de cañón, los cuáles que barrían las formaciones de soldados con
la metralla (recortes de metales, pequeños balines de hierro o de
plomo) arrojados por estos.
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(Muerte del Cnel. Palleja) |
La decisión de expulsar a los
paraguayos de la posición, era comprendida para poder forzar la
posición defensiva por la izquierda de las fuerzas del Mariscal
Solano López, y de esa forma poder tomar la posición sur del
cuadrilátero, el que se sostenía sobre la línea del Estero Rojas,
defendiendo los pasos más importantes, Paso de Gómez y Paso Pucú.
En el momento que el Cnel. Palleja
dirigía el ataque a la trinchera por parte de su Batallón
“Florida”, conjuntamente lo hacían los batallones argentinos de
Córdoba, San Juan, Entre Ríos y San Luis y una compañía de
ingenieros brasileras.
Al abrirse paso para entrar en el
sendero que llevaba a la trinchera que es conocido como Boquerón los
soldados uruguayos encuentran los cuerpos momificados de los soldados
paraguayos insepultos de la pasada Batalla de Tuyutí (24 de Mayo de
1866). El cuadro se presentaba aterrador, y el desenlace no sería
menor.
Al avanzar hacia la trinchera y luego
de caer heridos o muertos la mayoría de los soldados aliados que
conformaban la fuerza de asalto, el Batallón “Florida” con su
jefe a la cabeza se posiciona a 30 pasos de la trinchera paraguaya,
siendo herido mortalmente en ese momento por un disparo de fusil
(disparo adjudicado al oficial paraguayo Eusebio Torales).
El Capitán Pereda del Bn. “Florida”
en vez de continuar la carga, manda alto a sus hombres y hace
presentar armas a sus hombres ante el cuerpo de su jefe caído.
Este hecho es recogido por las crónicas
aliadas y también por las paraguayas, ya que es uno de los pocos
hechos de esta índole que se ha dado en un campo de batalla y más
puntualmente dentro del alcance de fuego adversario, marcándose como
un ícono en los hechos de valor demostrados durante la contienda.
El artista Diógenes Hecquet realizó
una pintura que representa dicho momento.
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(Cuadro Diógenes Hecquet) |
En el “antro de la muerte”,
fallecen en estos 3 días de combate, 8000 soldados entre ambos
contendientes, cifra superada 2 meses más tarde donde muere el mismo
número de hombres en mediodía de combate al tratar de tomar las
Trincheras de Curupayty.
CAMPAÑA ARQUEOLÓGICA. OBJETIVO:
ENCONTRAR LA TRINCHERA PERDIDA
El hecho de la muerte del Cnel. León
de Palleja marca un hito en la historia militar del Uruguay, por ello
dentro del Ejército Nacional, el Arma de Infantería celebra en esta
fecha (18 de julio) lo que se conoce como el “Día del Arma de
Infantería” en recuerdo a esa gloriosa acción.
Por ello y ante la solicitud del actual
Jefe del batallón “Florida”, Tte. Cnel. Wilfredo Paiva, se
realizó un Proyecto Binacional, con el objetivo de luego de 148 años
de encontrar la “famosa trinchera” de Boquerón del Sauce.
El equipo se compuso por el mencionado
comandante, como también por el Sr. Cnel. Roberto Velasco, el
Director del suplemento Cultural del Diario “El País”, Sr.
Laszlo Edérlyi, la Directora del Departamento de Arqueología y
Paleontología de la Secretaría Nacional de Cultura de Paraguay,
Lic. Ruth Allison Benítez, Lic. Sergio Ríos de la misma repartición
y el equipo de “Campos de Honor”, especialistas en campos de
batalla, Sr. Diego Lascano y el May. Marcelo
Díaz Buschiazzo (tararirense).
La zona se presentaba hostil, ya que
los esteros, pajonales (carrizales) y el abundante monte, cobijaban
una exótica gama de animales, como yacarés, yaguaretés, monos,
ofidios, mosquitos y arañas entre otros.
En la zona la seguridad era brindada
por la Policía de Paso de Patria y Humaitá, ya que también es una
zona complicada por el tráfico de mercaderías a lo largo de la
frontera con Argentina y la presencia de extranjeros y personas de
entes oficiales rompían la monotonía del lugar. Al llegar al área
de trabajo se sumaron los gestores culturales, Sra. Vicenta Miranda y
Sr. Vicente García quiénes oficiaban de guías.
La preparación del Proyecto llevó 18
meses de investigación en archivos públicos y privados, así como
la interpretación de cartografía de época y traspolada a las
imágenes satelitales, hicieron que el desempeño en el terreno
demostrara la admiración de los vaqueanos quienes decían “parece
que ustedes se hubiesen criado aquí”, ya que en un momento se
los condujo a descubrir nuevas trincheras que ellos mismos
desconocían.
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(Boquerón 1866) |
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(Boquerón 2014) |
El acceso al local no es fácil, se
debe de llegar con vehículos 4x4 para luego andar por el monte y
llegar a un sitio llamado por nosotros como “Boquerón del Norte”,
retratado también por los fotógrafos de Bate en 1866 . Este acceso
al monte era el paso anterior a internarnos en los 400 metros del
“Boquerón de la Muerte”. El mismo ya en 1911 se encontraba
arbolado, o sea lo que era conocido como un callejón dentro del
monte, ahora la naturaleza había hecho su trabajo y complicaba aún
más el trabajo.
OBJETIVO CUMPLIDO:
Al abrirnos paso dentro de la espesura
del monte que en guaraní lo conocen como Ñumanó (campo muerto-de
muerte) observamos una pequeña alteración en el terreno
(microrelieve), era un indicio, el relicto de lo que durante la
guerra fue el terraplén (glacis) que se oponía ante el avance
aliado antes de dar paso al fondo. En este punto la delegación hace
alto y los “orientales” presentes en la expedición decidimos que
fuese el actual jefe del Batallón “Florida” continuara con los
últimos 30 metros que el Cnel. Palleja con sus hombres del mismo
Bn.”Florida” no había podido cumplir 148 años atrás. Es así
que se adelanta el Tte. Cnel. Paiva quien va filmando el camino y
luego de subir el glacis descubre el imponente foso y en su cima,
elevada unos 4 metros, la trinchera de “Boquerón del Sauce”.
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(Arriba: foto del foso. Abajo: foto de la trinchera) |
Fue un momento muy emotivo para todo el
equipo, los orientales pudieron cumplir, ahora en paz, coronar la
trágica trinchera.
HALLAZGOS ARQUEOLÓGICOS
Al tener ubicada la trinchera y tener
el aporte documental que afirma la posición ocupada por el Bn.
“Florida” y por el Cnel. Palleja” durante la batalla (
documentos uruguayos, argentinos, brasileros y paraguayos, donde
todos confirman el hecho y destacan la actitud de los soldados
orientales de presentar armas y rendir honores bajo el fuego
paraguayo ante la presencia del cuerpo de su jefe muerto), nos
centramos en la posición exacta donde cae muerto Palleja.
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(Foto: algunas piezas encontradas) |
Se encontró evidencia arqueológica
relacionada al hecho de armas, material que luego de registrado,
analizado y conservado en su totalidad (150 piezas), las cuales
fueron entregadas a la Secretaría Nacional de Cultura de Paraguay de
manos de Campos de Honor y del Sr. Embajador de Uruguay, Lic.
Perazza.
Un hallazgo muy importante fue el de 54
artefactos pertenecientes posiblemente a una cartuchera de municiones
de un proveedor, ya que se encontraron materiales pertenecientes a
dos sistemas diferentes de disparo, municiones de avancarga esféricas
y piedras de pedernal (chispa) y balas de avancarga minnié y
fulminantes, asi como restos de metralla de cañón de diferente
procedencia, elementos personales (hebillas, botones de uniforme,
virolas de quepí), vainas de bayoneta de cubo, municiones, etc.
Una vieja deuda con la historia militar
de nuestro país fue cumplida.