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14 diciembre 2014

TARARIRENSE EN EXPEDICIÓN ARQUEOLÓGICA, DESCUBRE UNA TRINCHERA DE LA TRIPLE ALIANZA EN PARAGUAY

Los días 16, 17 y 18 de Julio de 1866 se produjo uno de las más recias batallas durante la Guerra de la Triple Alianza (Argentina, Brasil y Uruguay) contra Paraguay, desarrollada entre 1865 a 1870.

Cuatrocientos kilómetros al sur de Asunción, casi sobre la confluencia de los ríos Paraguay y Paraná, el ejército aliado se encontraba acampado en Tuyutí, inhóspita zona ubicada entre Estero Bellaco y Estero Gómez. Los paraguayos por su parte habían realizado bajo la dirección del ingeniero inglés George Thompson un fuerte perímetro defensivo compuesto de trincheras y profundos fosos, celosamente vigilado por las tropas de infantería y caballería, además de las piezas de artillería (cañones) que cerraban con sus fuegos la defensa del sector conocido como “El Cuadrilátero”. En esta lejana y conflictiva zona se sucederían a lo largo de la guerra memorables batallas como la de Itapirú, Paso de Patria, Estero Bellaco, Tuyutí (la batalla más grande que jamás se haya dado en América de Sur), Boquerón del Sauce, Yataity Corá, Curuzú, Curupayty y Humaitá entre otras.

(Mapa)

La Batalla de Boquerón del Sauce, también conocida como Potrero del Sauce, ha quedado en retratada por el trabajo de los fotógrafos de la Casa “Bate y Cia” de Montevideo, quienes seguían el camino de los ejércitos retratando momentos de la campaña.

Es así que la que se conoce como la foto más relevante de la guerra es la que se observa tropas del Batallón “Florida” de Infantería Nro. 1 de Uruguay, conduciendo el cuerpo sin vida de su jefe, el Cnel. León de Palleja, quién había caído al frente de su batallón, en el ataque llevado a cabo intentando tomar la trinchera paraguaya que cerraba el acceso al Potrero de Boquerón del Sauce donde se encontraba el campamento paraguayo. Esta trinchera era inexpugnable, ya que para alcanzarla se debían recorrer 400 metros por un callejón abierto en el monte de la “Selva del Sauce” mientras se exponía la tropa a los disparos de cañón, los cuáles que barrían las formaciones de soldados con la metralla (recortes de metales, pequeños balines de hierro o de plomo) arrojados por estos.

(Muerte del Cnel. Palleja)

La decisión de expulsar a los paraguayos de la posición, era comprendida para poder forzar la posición defensiva por la izquierda de las fuerzas del Mariscal Solano López, y de esa forma poder tomar la posición sur del cuadrilátero, el que se sostenía sobre la línea del Estero Rojas, defendiendo los pasos más importantes, Paso de Gómez y Paso Pucú.

En el momento que el Cnel. Palleja dirigía el ataque a la trinchera por parte de su Batallón “Florida”, conjuntamente lo hacían los batallones argentinos de Córdoba, San Juan, Entre Ríos y San Luis y una compañía de ingenieros brasileras.

Al abrirse paso para entrar en el sendero que llevaba a la trinchera que es conocido como Boquerón los soldados uruguayos encuentran los cuerpos momificados de los soldados paraguayos insepultos de la pasada Batalla de Tuyutí (24 de Mayo de 1866). El cuadro se presentaba aterrador, y el desenlace no sería menor.

Al avanzar hacia la trinchera y luego de caer heridos o muertos la mayoría de los soldados aliados que conformaban la fuerza de asalto, el Batallón “Florida” con su jefe a la cabeza se posiciona a 30 pasos de la trinchera paraguaya, siendo herido mortalmente en ese momento por un disparo de fusil (disparo adjudicado al oficial paraguayo Eusebio Torales).

El Capitán Pereda del Bn. “Florida” en vez de continuar la carga, manda alto a sus hombres y hace presentar armas a sus hombres ante el cuerpo de su jefe caído.

Este hecho es recogido por las crónicas aliadas y también por las paraguayas, ya que es uno de los pocos hechos de esta índole que se ha dado en un campo de batalla y más puntualmente dentro del alcance de fuego adversario, marcándose como un ícono en los hechos de valor demostrados durante la contienda.

El artista Diógenes Hecquet realizó una pintura que representa dicho momento.

(Cuadro Diógenes Hecquet)

En el “antro de la muerte”, fallecen en estos 3 días de combate, 8000 soldados entre ambos contendientes, cifra superada 2 meses más tarde donde muere el mismo número de hombres en mediodía de combate al tratar de tomar las Trincheras de Curupayty.

CAMPAÑA ARQUEOLÓGICA. OBJETIVO: ENCONTRAR LA TRINCHERA PERDIDA
El hecho de la muerte del Cnel. León de Palleja marca un hito en la historia militar del Uruguay, por ello dentro del Ejército Nacional, el Arma de Infantería celebra en esta fecha (18 de julio) lo que se conoce como el “Día del Arma de Infantería” en recuerdo a esa gloriosa acción.
Por ello y ante la solicitud del actual Jefe del batallón “Florida”, Tte. Cnel. Wilfredo Paiva, se realizó un Proyecto Binacional, con el objetivo de luego de 148 años de encontrar la “famosa trinchera” de Boquerón del Sauce.

El equipo se compuso por el mencionado comandante, como también por el Sr. Cnel. Roberto Velasco, el Director del suplemento Cultural del Diario “El País”, Sr. Laszlo Edérlyi, la Directora del Departamento de Arqueología y Paleontología de la Secretaría Nacional de Cultura de Paraguay, Lic. Ruth Allison Benítez, Lic. Sergio Ríos de la misma repartición y el equipo de “Campos de Honor”, especialistas en campos de batalla, Sr. Diego Lascano y el May. Marcelo Díaz Buschiazzo (tararirense).
La zona se presentaba hostil, ya que los esteros, pajonales (carrizales) y el abundante monte, cobijaban una exótica gama de animales, como yacarés, yaguaretés, monos, ofidios, mosquitos y arañas entre otros.

En la zona la seguridad era brindada por la Policía de Paso de Patria y Humaitá, ya que también es una zona complicada por el tráfico de mercaderías a lo largo de la frontera con Argentina y la presencia de extranjeros y personas de entes oficiales rompían la monotonía del lugar. Al llegar al área de trabajo se sumaron los gestores culturales, Sra. Vicenta Miranda y Sr. Vicente García quiénes oficiaban de guías.


La preparación del Proyecto llevó 18 meses de investigación en archivos públicos y privados, así como la interpretación de cartografía de época y traspolada a las imágenes satelitales, hicieron que el desempeño en el terreno demostrara la admiración de los vaqueanos quienes decían “parece que ustedes se hubiesen criado aquí”, ya que en un momento se los condujo a descubrir nuevas trincheras que ellos mismos desconocían.

(Boquerón 1866)


(Boquerón 2014)

El acceso al local no es fácil, se debe de llegar con vehículos 4x4 para luego andar por el monte y llegar a un sitio llamado por nosotros como “Boquerón del Norte”, retratado también por los fotógrafos de Bate en 1866 . Este acceso al monte era el paso anterior a internarnos en los 400 metros del “Boquerón de la Muerte”. El mismo ya en 1911 se encontraba arbolado, o sea lo que era conocido como un callejón dentro del monte, ahora la naturaleza había hecho su trabajo y complicaba aún más el trabajo.

OBJETIVO CUMPLIDO:
Al abrirnos paso dentro de la espesura del monte que en guaraní lo conocen como Ñumanó (campo muerto-de muerte) observamos una pequeña alteración en el terreno (microrelieve), era un indicio, el relicto de lo que durante la guerra fue el terraplén (glacis) que se oponía ante el avance aliado antes de dar paso al fondo. En este punto la delegación hace alto y los “orientales” presentes en la expedición decidimos que fuese el actual jefe del Batallón “Florida” continuara con los últimos 30 metros que el Cnel. Palleja con sus hombres del mismo Bn.”Florida” no había podido cumplir 148 años atrás. Es así que se adelanta el Tte. Cnel. Paiva quien va filmando el camino y luego de subir el glacis descubre el imponente foso y en su cima, elevada unos 4 metros, la trinchera de “Boquerón del Sauce”.

(Arriba: foto del foso. Abajo: foto de la trinchera)

Fue un momento muy emotivo para todo el equipo, los orientales pudieron cumplir, ahora en paz, coronar la trágica trinchera.

HALLAZGOS ARQUEOLÓGICOS
Al tener ubicada la trinchera y tener el aporte documental que afirma la posición ocupada por el Bn. “Florida” y por el Cnel. Palleja” durante la batalla ( documentos uruguayos, argentinos, brasileros y paraguayos, donde todos confirman el hecho y destacan la actitud de los soldados orientales de presentar armas y rendir honores bajo el fuego paraguayo ante la presencia del cuerpo de su jefe muerto), nos centramos en la posición exacta donde cae muerto Palleja.

(Foto: algunas piezas encontradas)

Se encontró evidencia arqueológica relacionada al hecho de armas, material que luego de registrado, analizado y conservado en su totalidad (150 piezas), las cuales fueron entregadas a la Secretaría Nacional de Cultura de Paraguay de manos de Campos de Honor y del Sr. Embajador de Uruguay, Lic. Perazza.

Un hallazgo muy importante fue el de 54 artefactos pertenecientes posiblemente a una cartuchera de municiones de un proveedor, ya que se encontraron materiales pertenecientes a dos sistemas diferentes de disparo, municiones de avancarga esféricas y piedras de pedernal (chispa) y balas de avancarga minnié y fulminantes, asi como restos de metralla de cañón de diferente procedencia, elementos personales (hebillas, botones de uniforme, virolas de quepí), vainas de bayoneta de cubo, municiones, etc.

Una vieja deuda con la historia militar de nuestro país fue cumplida.


PROXIMOS EVENTOS



PRÓXIMOS EVENTOS


JUNIO:
Sab 7: Mesa de postres en AJUPTA.
Sab 7: Strogonoff del Rotary.
Dom 8: 3ª fecha Automovilismo.
Vier 13: Presentación Libro sobre Wilde Baridón.
Sab 14: Wafles a beneficio del Fondo Luisa Rostán.


 

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