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| (Arriba: Maestras, padres y alumnos de 3eº y 4º de la Escuela Nº142 compartiendo el taller de cerámica aborigen. Abajo: Pablo ayuda a alumnita de la Escuela Nº33 a preparar el material para empezar su artesanía) |
Lo bueno de este año es lo distinto de
cada Centro Educativo al que concurrimos, porque nos permite
enriquecer la labor y sorprendernos.
En el Colegio San Gabriel, nos
recibieron con todos los insumos prolijamente organizados, para el
Taller de Tinturas Naturales.
Lo sorprendente aquí, es la
disposición y voluntad participativa de los alumnos, logrando el
máximo de los objetivos, lo que demuestra la previa acción docente.
El circuito de Talleres de Cerámica
Nativa, empezó por la Escuela Nº79, por donde si bien se repitió
la atención y entusiasmo del anterior Taller de Alfarería, aumentó
la creatividad, tal vez motivada por la presencia de dos abuelas, que
son la novedad de este año. La participación de padres, que aquí
es normal, también hizo posible avanzar con la construcción del
invernadero, que ya quedó casi cubierto.
En la Escuela Nº142 los niños
expresaron en la belleza de sus obras, la alegría de que los papás
dejaran sus tareas para compartir su jornada educativa.
En el Taller de Cerámica se compartió
todo y el final tuvo una sorpresa: un desayuno con delicias caseras
preparadas por los padres de los alumnos. Este milagro no surge de un
“pase mágico”, sino por la entrega y amor a la labor docente,
que como otras, no se quiebran ante las adversidades y trabajan y
actúan formando niños, con los valores y conocimientos que hacen
posible su felicidad y la de todos.
Además nos esperaba otra sorpresa. El
abuelo de Ángel (alumno de 4º) donó para la muestra móvil cuatro
valiosas piezas aborígenes, lo cual nos gratificó enormemente ya
que es un aporte cultural para la comunidad.
Otra de las heroínas de la educación,
nos esperó junto con sus cuatro alumnos, madres y una abuela, en el
patio de la Escuela Nº33. Esta vez el taller tendría un “extra”,
estaría filmado para un canal de TV que se llevaría grabado esta
hermosa experiencia; que invita a familiares de alumnos y vecinos a
sumarse a la labor educativa.
El entusiasmo y permanente sonrisa de
esta docente, tampoco dejan dudas de que la vocación docente aún
goza de buena salud.