Como recordarán, el pasado miércoles
23 de enero Un Solo Uruguay se volvió a reunir en Santa Bernardina,
depto. de Durazno. Transcribimos a continuación los datos de
audiencias arrojados por dicho evento.
TRANSMISIÓN OFICIAL
Solo por la Fan Page de USU
visualizaron la transmisión más de 32.000 personas, además salió
por Valdez TV, Charrua TV para toda su cadena y Vera TV. Es decir,
porcentualmente en el entorno de unas 100.000 personas estuvieron
expectantes de dicho evento.
REDES SOCIALES
USU obtuvo unos 3.000 nuevos seguidores
en Facebook y 1.500 en Twitter. Durante el acto las publicaciones
tuvieron más de 1500 me gusta, con interacciones de gente en el
entorno de 23.000 personas (sin inversión alguna en estas
publicaciones). Ese es un número muy alto en base a la cantidad de
seguidores o sea que la gente estaba mirando la televisación.
USU fue “tema tópico” en redes del
día y del 22 en Uruguay tanto en Facebook como en Twitter algo más
que interesante como dato.
CONCLUSIÓN
USU entiende que fue un muy buen 23E,
que se cumplió con las demandas de comunicación y obviamente de
acuerdo a las posibilidades económicas que en estos temas son súper
importantes, entienden que fue muy positivo el resultado en cuanto al
trabajo desarrollado.
A continuación transcribimos la
proclama y reclamos:
PROCLAMA 23 DE ENREO DE
2018 DE USU
Compatriotas, hoy asistimos a un
encuentro democrático por excelencia.
Un pueblo que espontáneamente ha
decidido juntarse para ejercer su derecho de manifestar y reclamar a
los gobernantes de este país, cambios.
El pueblo aquí reunido que incluye a
muchos ciudadanos de a pie, productores, trabajadores, organizaciones
vinculadas al agro de la más diversa índole, comerciantes,
industriales, transportistas, etc, está diciendo BASTA.
Este grito de BASTA, expresa el triste
y duro sentimiento de que no se aguanta más.
Hoy nos juntamos y nos sentimos unidos
para decirle a los gobernantes que necesitamos encontrar soluciones
para la situación cada vez más complicada que vive el agro, pero
que vive el interior del país todo.
Nuestra postura es firme, convencida,
serena y sobre todo auténtica. Debemos empezar a andar por el camino
que el Uruguay no transita hace muchos, muchos años, que es el
camino de políticas para el desarrollo agropecuario, que permita al
mismo tiempo generar estrategias territoriales que apunten a la
igualdad de condiciones para todos los habitantes de este país, ya
sea nacido en Morató, Noblia, Colonia o Montevideo. Necesitamos el
compromiso de todos los actores políticos y sociales en la
elaboración de políticas de estado que contemplen de una vez la
problemática actual, que se repite sistemáticamente.
El poder y la lucha por llegar a él,
aleja sin distingos de colores a los gobernantes de la gente y sus
necesidades.
El centralismo con que es gobernado el
país desde siempre es el problema fundamental que enfrentamos.
Centralismo que muestra su peor síntoma cuando muchos de nosotros le
preguntamos a nuestros hijos donde van a vivir cuando sean grandes y
nos contestan… en Montevideo, que me voy a quedar a hacer acá?
Muchas veces se ha confundido
descentralización con el aumento de cargos y dependencias estatales
a lo largo y ancho del país, camino funcional a los intereses
electorales y sin resultados tangibles para las áreas de influencia.
Todos estos años hemos sufrido la
transferencia de los recursos que generan los sectores productivos,
agro, servicios, comercio, industria, para mantener un estado cada
vez más pesado e ineficiente.
La producción primaria, industrial,
servicios y comercio necesitan hoy de forma urgente políticas que
apoyen y estimulen a los empresarios emprendedores. Es la única
forma de que mejore el trabajo y los ingresos genuinos en las
familias uruguayas.
Sentimos todos los aquí presentes que
estamos cansados de políticas de control sin obtener a cambio nada
redituable. Hoy desde el más pequeño emprendimiento familiar hasta
la empresa más grande debe destinar una gran cantidad de recursos
relativos para mantener al día toda la información que exige el
Estado, llenando formularios, planillas, llevando controles de todo
tipo y color. No se trata de impuestos en este caso, pero sin duda
que se traducen en costos para todos, costos que no producen nada,
que no generan nada más que desidia a la hora de emprender.
Se hace imprescindible el cambio de
políticas de control, a políticas de desarrollo, de estímulo al
emprendedor, a la inversión, a la innovación y a la generación de
puestos de trabajo genuino.
El sector agropecuario, agroindustrial
y actividades conexas en estos últimos 5 años ha perdido más de
36.000 puestos de trabajo, y no es por el motivo que se escucha en la
prensa como explicación que busca evadir responsabilidades, que la
tecnología sustituye la mano de obra, se han perdido esos puestos de
trabajo porque no se pueden sostener y pagar, porque los productores
familiares vienen desapareciendo de forma acelerada. Se han perdido
12.000 empresas agropecuarias en un período de 10 años de las
cuales 11.000 eran pequeños productores. Esto se traduce también en
la pérdida de 1 asalariado y medio por empresa. No aceptamos ni
damos por válida la explicación de que este proceso es global, que
se da en todo el mundo.
No en nuestro país. No en un país
chico, limitado demográficamente, limitado en su mano de obra
activa, disponiendo de tantas condiciones naturales con sus ventajas
comparativas para producir lo que la población mundial demanda en
forma creciente.
Hay un Uruguay que quiere y tiene la
capacidad de producir bienes y servicios demandados por el mundo, que
incluso con buenos precios internacionales, porteras adentro
encuentran costos excesivos, con los precios de la energía eléctrica
y combustibles más altos de la región. Esto hace que sean difíciles
de colocar, porque en el camino, un estado insaciable aborta
cualquier posibilidad de competir en igualdad de condiciones con
mercados vecinos.
Esta pérdida de fuentes de trabajo y
de sistemas productivos pega directamente en los transportistas, en
el almacenero del pueblo, en la tienda del centro de la ciudad. Esta
cadena de trabajo genuino, sufre y está cada vez más débil.
Por más que en 2017 más del 70 % de
las exportaciones del Uruguay fueron materias primas o productos
agroindustriales, sabemos las dificultades por las que pasa la
industria, la lista de empresas cerradas en un período corto de
tiempo y las que están en situación difícil es larga. Es necesario
apoyar a la industria local ya instalada con la misma determinación
y esfuerzo que se utiliza para traer nuevas inversiones, para
desarrollar nuevas áreas de la economía. La inversión extranjera
debe ser para beneficio, desarrollo social y económico de todos y
cada uno de los habitantes de este país, sin exclusiones. No para
recaudar, alimentar apetitos de poder o tapar ineficiencias, errores
e irresponsabilidades en el manejo de los recursos públicos.
Recursos que no son del Gobierno, que no son del Estado, que no son
del sistema político, que no son de las corporaciones. Son recursos
del país, de su gente y para su desarrollo.
Con estas dos puntas de la cadena
débiles, el agro y la industria, sufre todo lo que está en el
medio, el comercio, el transporte, el trabajo y a la larga el propio
estado ya que no va a tener de donde recaudar, con el consabido
proceso de endeudamiento público creciente y descontrolado que nos
compromete a nosotros y lo que es muchísimo peor, a las generaciones
venideras por las cuales somos responsables. Y así nos juzgará la
historia.
En los últimos años empresarios
uruguayos han invertido muchos cientos de millones de dólares fuera
del país, no lo hicieron por malos orientales, lo hicieron porque
acá no hay alternativas rentables para la inversión nacional en las
condiciones actuales.
Una vez más, esos capitales que se
van, son menos servicios utilizados, menos productos
industrializados, menos puestos de trabajo.
Tal es así que para recibir algunas
inversiones extranjeras, el país debe realizar sacrificios y ofrecer
condiciones especiales.
Hoy no se está planteando papeleras o
la industria local, hoy no se está planteando el agro o el turismo,
hoy no estamos planteando un comercio en Paso de los Toros o un
centro comercial en Punta del Este, hoy se está planteando que todos
tenemos que tener las mismas reglas de juego, hoy estamos planteando
que se debe mirar desde el poder político a aquellos que sostienen
el país mientras llegan nuevas inversiones, mientras se desarrollan
nuevos rubros, mientras se generan nuevos puestos de trabajo en
nuevas áreas de la economía.
Para nuestro interior, lo central es el
trabajo, para que existan nuevas fuentes de trabajo tiene que haber
empresas y emprendimientos que las requieran. Tenemos claro que a
este paso, poco va a quedar en pocos años.
Si bien los datos oficiales marcan que
el desempleo actualmente es del 7%, lo que vemos y vivimos en
nuestros pueblos, en nuestras ciudades del interior, dista mucho de
esa cifra. Si esto no fuera así, hoy no habría varios centros
comerciales departamentales adhiriendo a esta movilización, son
ellos los que trabajan y se desarrollan gracias al consumo de los
trabajadores.
Así lo marca también, el crecimiento
sostenido de asentamientos en los cinturones de Montevideo, y todas
las ciudades del interior, con un deterioro social evidente, que
compromete las posibilidades de desarrollo verdadero.
De las 196.000 empresas que hay
registradas en Uruguay el 97% son unipersonales, micro y pequeñas y
tan solo el 3% son medianas y grandes. Esto muestra que aun los
pequeños emprendimientos son los que generan la mayor cantidad de
mano de obra y fuentes de trabajo, y sin embargo la mayoría de las
exoneraciones y apoyo a las inversiones están concentradas en el 3%
más grande. Sin dudas que es una pelea muy desigual y hoy reclamamos
por estas desigualdades que son cada vez más profundas.
Una pelea desigual que ha llevado a la
cartelización de varias ramas de la agroindustria, a la
concentración y extranjerización de la tierra como nunca en la
historia, a la proliferación de grandes cadenas comerciales en
detrimento del comercio local, el pequeño productor y la
agroindustria nacional.
Hoy pesa más el negocio financiero de
los grandes capitales, que el entramado social y productivo propio,
en esta política es que se nos va el interior, se nos desangra el
país.
Necesitamos lineamientos y reglas
claras de largo plazo, visión y compromiso, sin la contaminación de
intereses individuales, sectoriales, ni políticos. Todo el sector
productivo necesita certezas para reinvertir, producir y generar
riqueza para el país. Esto requiere sin dudas de grandes acuerdos
políticos sin distinción de partidos ni ideologías absurdas.
Requiere de verdaderas políticas de estado.
Esta falta de reglas claras ha llevado
a que muchos sectores estén endeudados ya que se realizaron
inversiones a través de créditos, creyendo en promesas que no se
cumplieron, apostaron a un Mercosur que no existe en los hechos, y a
la falta de acuerdos comerciales saludables para el país, por
razones ideológicas de otros tiempos que la gran mayoría de los
habitantes de este país desconoce y no le interesan.
Ha habido un aumento de la carga
tributaria de los que SI aportan de forma directa e indirecta, existe
atraso cambiario que recién ahora se empieza a reconocer tibiamente,
a pesar de las luces amarillas encendidas desde hace mucho tiempo.
Este endeudamiento hoy se estima
cercano al 100 % del producto bruto en el sector agropecuario cuando
se suman deudas bancarias y comerciales, el endeudamiento de la
industria láctea aumento un 62 % en 2 años, los tambos deben más
plata que todas las vacas de ordeñe juntas. Él mismo se generó
trabajando y para trabajar.
Esta problemática incluye también a
los colonos, muchos de ellos ven hoy su permanencia en riesgo. Porque
se endeudaron también trabajando y están al borde del desalojo.
En este Uruguay Agro inteligente, hoy
es mejor no invertir, trabajar sin gente, no agregar valor, no
innovar, porque esto pega directamente en la rentabilidad cada vez
más deteriorada de toda la cadena productiva.
El déficit fiscal es el que lleva al
aumento de impuestos, de tarifas, al endeudamiento y a la inflación.
Con el consecuente maldito atraso cambiario como ilusorio remedio de
ésta, lo que provoca pérdida de competitividad de nuestra
producción.
Es imposible hablar de un país
productivo cuando sólo se está a merced del clima o de las subas y
bajas de los precios internacionales. Si no se traza una estrategia
productiva va a seguir primando la especulación sobre la producción.
Últimamente se nos ha tildado de
ineficientes, pese a que se han batido todos los records históricos
de producción y exportación. Nos obligan a producir con los mayores
costos energéticos, tributarios y previsionales de la región.
Argumentan que al país le va bien, que las exportaciones han
aumentado, estamos de acuerdo, productivamente el agro y la
agroindustria se desempeñan bien, pero a la hora de pasar por el
colador, queda poco y nada para el que invierte, el que arriesga, el
que produce. Así ser competitivos es una utopía.
Pero jamás se nos ha hablado de la
ineficiencia de los entes autónomos, ni de la ineficiencia de sus
administradores, los cuales pueden hacer y deshacer a su antojo,
perdiendo y despilfarrando millones y millones de dólares sin tener
que rendirle cuentas ni responsabilidades de su inoperancia a la
población.
Es necesario pensar en un estado fuerte
pero austero, que cuide y controle los recursos públicos. Sentimos
que tenemos un estado pesado y derrochador, hoy necesitamos señales
de todos los gobernantes y de todo el sistema político, incluidas
las intendencias, que también son grandes responsables de esta
situación. Es prácticamente inmoral que cobren sueldos y partidas
varias que suman cientos de miles de pesos y nos llena de vergüenza
saber que un jubilado cobra 9.500 pesos por mes, que el salario
mínimo es de 13.000 y pocos pesos y que más del 83 % de los
productores ganaderos de este país tienen ingresos que no cubren la
canasta básica. Queremos ver una señal, necesitamos recibir
mensajes que no significan mucha plata, pero que son mensajes de
quienes tienen que dar el ejemplo, de quienes no debieran necesitar
tribunales de ética que les indique lo que está bien y lo que está
mal. Los Gobernantes de todos.
Ejemplos sobran, son innumerables.
Actualmente hay una flota de vehículos oficiales 100 % mayor que
hace 6 años. Se destinan partidas adicionales a los altos salarios
de Legisladores y funcionarios fuera de toda lógica y control, como
la partida para periódicos y revistas cuyo valor supera al que hoy
le pagamos a quienes trabajaron aportando toda su vida. Se legisla
con una mano para regular el gasto, pero con la otra se establecen
atajos y fórmulas en todo el Estado, como las utilizadas en las
intendencias a través de contratos, o las remuneraciones en las
juntas departamentales para las actividades de control ciudadano, que
son honorarias según la legislación……. Son solo ejemplos. Nos
duele en el alma a los que queremos construir y trabajar en el país
de nuestros hijos.
Comenzar a corregir éstos abusos sería
señal de que el mensaje llego a destino, sino todo esto es en vano.
Necesitamos de forma imperiosa empezar
a educar y a generar consciencia de que somos un país agropecuario
por excelencia y que junto a los otros actores de la economía le
aportamos todo nuestro sacrificio y recursos al Estado, obteniendo
pocas cosas a cambio.
La infraestructura está colapsada, la
falta de servicios en el interior profundo atenta contra la educación
de la gurisada y contra la permanencia de las familias en el medio
rural, las rutas deshechas y abarrotadas, los caminos rurales en
estado calamitoso, generando un altísimo costo extra para mover la
producción y el traslado de la familia rural.
Pero lo peor es que se le dé a la
familia rural un mensaje de destierro, de que debe abandonar lo que
más sabe y ama, por lo que luchó toda su vida como las generaciones
anteriores. Que ya no queda más nada ahí para el desarrollo de sus
hijos. Y condenarla a la supervivencia en los cinturones de las
ciudades grandes.
El Uruguay se cansó de mantener un
Estado gigantesco, que es como un barril sin fondo, y parece ser que
ningún político se ha dado cuenta de ello, y en vez de achicar el
gasto se sigue aumentando, desconociendo que la fiesta se la estamos
pagando nosotros.
Se nos está venciendo el hombro.
Por eso es que hoy todos somos uno,
reclamamos por UN SOLO URUGUAY, un Uruguay para su gente, un Uruguay
para nuestros hijos y nietos, un Uruguay de tolerancia, de respeto,
donde se vele por todos, sin divisiones absurdas, sin
diferenciaciones de clases, educado, trabajador, emprendedor, donde
con esfuerzo y trabajo se llegue lejos, se mire lejos.
Un Uruguay que nos haga sentir
orgullosos a todos, donde no debamos movilizar al país entero para
ponernos de pie y con la cabeza en alto gritar bien fuerte BASTA!!!!!
RECLAMOS
No esperen hoy planteos reivindicativos
que sean nuevos a los que ya toda la sociedad está reclamando, no
esperen inventos ni cuestiones fuera de la realidad, muchos de los
que hoy están acá y muchos de los que no están, participaron de
las protestas del sector agropecuario de 1999 y 2002. Los tiempos son
distintos pero los problemas son esencialmente los mismos.
Hoy pretendemos que los reclamos sean
concretos y apunten al corazón del problema y que reflejen lo
discutido el 16 de enero pasado en este mismo lugar por más de 130
delegados de todo el país y de muchas organizaciones.
1- Todos coincidimos que la raíz de
todos los problemas está en el excesivo tamaño y -gasto del Estado,
es ahí donde se deben empezar a apuntar las baterías desde todos
los órganos de gobierno y desde todos los niveles, este gasto
excesivo conlleva un déficit fiscal que terminamos pagando entre
todos.
A nuestro entender este gasto se puede
comenzar a bajar o racionalizar de la siguiente manera:
a) Suspender el ingreso a la función
pública por al menos 3 años, o hasta el equilibrio de las cuentas
fiscales a excepción de aquellos cargos con requisito de título
habilitante o que tengan atención directa a la población en las
áreas de salud, educación y seguridad.
b) Rever todos los cargos de asesores,
cargos de confianza, secretarios personales, etc , que no son
centrales para la función en la actualidad. Esto también implica a
todas las Intendencias.
c) Aprobar rápidamente que los
legisladores deban rendir sus viáticos y devolver los sobrantes.
d) Suspensión inmediata de las
partidas que no son necesarias, cómo prensa, gastos de celular,
gastos de representación y gastos de secretarios.
e) Eliminar campañas publicitarias del
estado que no apunten a temas sanitarios u otros temas importantes
para el desarrollo de la sociedad, basta del autobombo.
f) Recortar la flota de vehículos a la
mitad, llevando la dotación a los existentes en 2011, tomando como
referencia los datos publicados en medios de prensa seria pasar de
14500 a menos de 7000.
g) Que todos los organismos del estado
realicen un plan de reducción de costos de funcionamiento, con una
visión de austeridad.
h) Eliminar los costos de alquiler para
espacios de despachos y oficinas de los diferentes organismos del
estado, acomodarse con lo que se tiene es el mensaje que es necesario
dar a la gente en general.
i) Mantener las políticas sociales,
salud, educación, etc, buscando su mayor eficiencia.
j) En el caso de las políticas de
transferencia directas que representa el 0.6% del PBI, sería
importante rediseñarlas, tomando en cuenta los últimos estudios
realizados en Facultad de Ciencias Económicas, que muestran que la
implementación actual, no ha mejorado las condiciones de vivienda,
la asistencia y el rezago escolar en la educación primaria, y
muestran alertas importantes como el aumento de la informalidad entre
un 28 y un 40% comparado con la población no beneficiaria, e
indicios a lo largo de los años de haber bajado los ingresos
generales de estas familias.
Este re diseño deberá apuntar de
forma importante a mejorar la calidad de vida de estas familias y a
desarrollar la cultura de trabajo como forma de mejora de las
personas.
2- Aprobar una ley fiscal que obligue
de una vez a cualquiera sea el que gobierne en el próximo periodo a
no gastar más de lo que le ingresa.
3- Los costos del combustible y de la
energía en general, son centrales en muchos de los sistemas
productivos, de la industria, del comercio y de las familias, por lo
tanto su valor en el mercado son una variable importante en los
costos de producción de todos los uruguayos y por ende del valor
final de productos y servicios que consume la sociedad en general.
La baja del gasoil para la producción
y servicios es central para la baja de los costos de toda la cadena,
según datos de la URSEA, a noviembre de 2017, el valor del mismo a
paridad de importación, incluyendo impuestos y puesto en boca de
expendio era de $ 31.17.
Hoy necesitamos que la política sea
mantener el gasoil a paridad de importación, la forma de lograrlo
debe ser una decisión del poder político y no nos corresponde decir
a este colectivo como hacerlo.
Necesitamos el gasoil al valor que
corresponde, que las ineficiencias las pague el que las tiene que
pagar, no la sociedad.
4- Con respecto a la energía eléctrica
mucho se ha hablado en los últimos tiempos en cómo incide su valor
en la tarifa familiar, comercial e industrial. Todos sabemos que
existe un margen importante para la baja del costo de energía
eléctrica desde el momento que la Ministra del área planteaba la
posibilidad de bajar un 5% antes de este enero y el gremio de UTE
decía que era posible bajar un 15 %.
Entendemos que el esfuerzo por bajar
debe ser el máximo – 15%- para darle competitividad a los sectores
que consumen esta energía para su producción y para aliviar el
presupuesto familiar en general.
El precio actual tiene encubierta la
necesidad de recaudar para rentas generales, no es la función de UTE
y nunca debió serlo.
Para equilibrar las cuentas públicas
primero hay que hacer el esfuerzo por bajar los gastos, luego ver de
dónde sale el resto.
5- En el tema endeudamiento, primero
que nada queremos aclarar que acá no se pide quitas de las deudas
contraídas para nadie, todos estamos cansados de pagar las cuentas
de otros, así que como regla general que cada uno se haga cargo de
sus compromisos.
De todas maneras sabemos que este tema
está acuciando a muchos sectores de la sociedad.
Es necesario trabajar sobre el re
perfilamiento de las deudas a todo nivel, implementar periodos de
gracias para permitir el recupero de los sistemas, armar paquetes de
negociación de deuda que permita bajar los riesgos en el corto y
mediano plazo evitando que sigan desapareciendo por este motivo
empresas en el país, donde las más chicas son las más
comprometidas y de mayor riesgo de bajar las cortinas.
El tema endeudamiento tiene un capitulo
particular que debe ser tratado de esta manera, particular. Es el
caso de los pequeños colonos con deudas de renta ante Colonización,
muchos de ellos con riesgo de ser expulsados de sus fracciones que
son su sustento, su lugar de vida.
Es necesario para este sector suspender
las ejecuciones, para abrir una mesa de diálogo y negociación con
la mesa nacional de colonos, a los efectos de encontrar una solución
de fondo al tema y que ni un productor más se vaya del campo y todos
puedan vivir de lo que producen. Este sector junto a los productores
más chicos, necesitan además apoyos, diferenciados, que incluyan
exoneraciones impositivas nacionales y departamentales, así como
BPS.
6- Por último y no por eso menos
importante, el atraso cambiario que hoy está matando al sistema
productivo, es en parte responsable del cierre de muchas empresas en
todo el territorio, y es un desbalance que hoy tiene en jaque a
muchos otros.
No es nuestra función decir si el
atraso cambiario es del 10, 15 o 20 %, eso es una cuestión de los
técnicos. Nuestra función es poner el tema arriba de la mesa y
solicitar que se tomen medidas que lo eliminen.
Sabemos que la causal de este atraso no
es el ingreso de dólares al mercado únicamente, sabemos que existen
otras decisiones tomadas por las autoridades que afectan el valor de
esta moneda a nivel local.
Más allá de todas las discusiones
teóricas en referencia al tema, es imprescindible atacar al problema
y más hoy, donde todos reconocen y asumen que existe algún nivel de
atraso cambiario.
La herramienta a utilizar debe
contemplar a otros sectores de la sociedad que tienen deudas
básicamente para el consumo en dólares y sus ingresos en pesos como
puede ser un trabajador que se ha comprado un auto en cuotas.
Es necesario salir del atraso cambiario
paulatinamente, para que la gente pueda ir cancelando sus
obligaciones en dólares porque es avisada con tiempo.
Es preferible corregir con tiempo el
rumbo y evitar que así como hubo devaluación violenta en el 82 y en
el 2002, no exista para el Uruguay un 2022.
Para finalizar, recordando que estamos
entrando en años electorales, desde acá les exigimos a los
políticos de todos los partidos que presenten propuestas claras y
concretas del desarrollo del país, no queremos más slogans bonitos
desarrollados en una empresa publicitaria.
Hoy acá, un 23 de enero de 2018,
comienza una etapa donde la gente exige políticas de desarrollo,
políticas de Estado a largo plazo, austeridad y cuidado del gasto
público, queremos, exigimos #UN SOLO URUGUAY.