Con profunda preocupación como
movimiento social vemos cómo las políticas de desarrollo llevadas
adelante por más de 3 décadas en nuestro país, apuntalan a los
grandes capitales en la pelea por la tenencia de la tierra, factor
central para definir el país que tenemos y vamos a tener para
adelante. Importantes exoneraciones y apoyos estatales para
multinacionales y capitales de inversión han signado la política de
tierras sin quedar escrito pero con las consecuencias ya sabidas de
concentración y extranjerización del patrimonio nacional.
Como contrapartida, el Instituto
Nacional de Colonización condiciona a muchos pequeños productores
colonos a las reglas financieras como una herramienta más de mercado
sin medir el impacto en el arraigo de la familia rural. Bajo esta
lógica financiera en los próximos días se realizarán nuevos
desalojos de colonos por haber acumulado deudas que se les han vuelto
imposibles de pagar no por el monto inicial, sino por la acumulación
de moras y recargos.
Es momento de repensar esta forma de
gestionar el desarrollo rural ya que es claro que ante esta lógica,
la desprotección de los más chicos en beneficio de los capitales de
especulación y/o inversión seguirá generando mayor concentración
de tierras y desaparición de productores.
En momentos en los que se generan
comisiones para diferentes temas y situaciones que preocupan a
diversos colectivos en la sociedad, ¿no será necesario discutir en
ámbitos políticos y sociales más amplios las políticas de
desarrollo pensando en las próximas generaciones?
Paremos con los lanzamientos de Colonos
hasta repensar el Uruguay que nos merecemos.