Ayer, martes 14 de octubre, se llevó a cabo la inauguración formal de la silla de inmersión para la piscina de la Plaza de Deportes, un proyecto largamente anhelado y una necesidad esencial para la comunidad. Este evento contó con la presencia de autoridades como Pablo Benítez, Inspector Departamental de la Secretaría Nacional de Deporte de la zona este; Daniel Moranzoni, Director de la Plaza de Deportes; Comisión de la Piscina y Consejo Municipal.
Esta silla representa un hito de innovación local. Es la primera de su tipo en el Uruguay, conocida por haber sido creada y construida íntegramente en Tarariras por “El Taca”.
ORGULLO LOCAL Y AHORRO SUSTANCIAL
El responsable de esta proeza de ingeniería fue Darío Álvarez, quien ya es reconocido por otros trabajos en la ciudad, como la cápsula del tiempo, varias carrozas ganadoras en la Fiesta de la Primavera y las letras corpóreas. “El Taca” aceptó el desafío de la Comisión de la Piscina y dijo a TararirasHOY que el proceso llevó aproximadamente dos meses de trabajo, pensamiento y dedicación, incluyendo la reforma de planos originales para adaptarla a los niveles de agua de esta piscina.
La fabricación local resultó en un ahorro significativo, mencionó Moranzoni. Aunque el costo exacto se anunciará pronto, “se estima que la silla costó bastante menos de la mitad del precio de una silla importada, las cuales pueden rondar los 14 mil dólares”.
La calidad y durabilidad fueron prioridades debido al entorno de la piscina. La silla fue construida completamente en acero inoxidable y pintada con pintura epoxi (blanca) para evitar la corrosión causada por el vapor de cloro.
UN RECURSO PARA LA COMUNIDAD
La silla fue concebida para que la comunidad la use sin vergüenza. Si bien es fundamental para personas en silla de ruedas o con graves problemas de movilidad, también está disponible para adultos mayores que enfrentan dificultades o miedo al usar las escaleras debido a problemas de rodilla o cadera.
Se ha establecido un protocolo claro para su uso: el usuario puede bajar y subir asistido por la silla. En casos de movilidad muy reducida, el administrativo acciona la silla, mientras que el fisioterapeuta o profesor, espera dentro del agua para recibir al usuario y asistirlo.
Quienes impulsaron el proyecto manifestaron su alegría y agradecimiento, destacando la importancia de la unión comunitaria. Esta iniciativa fue posible gracias a la colaboración de la comisión de la piscina, diversas empresas, y numerosas personas que participaron en eventos de recaudación de fondos como maratones, venta de pollo, y el chori solidario, beneficio que realizaron en conjunto el Rotary y el Club de Leones con este fin.
El mensaje final para la comunidad es una invitación directa: “Ahora queda que la gente la disfrute”. Se espera la llegada de aquellos que antes evitaban la piscina por temor a las escaleras. Álvarez, por su parte, expresó su emoción y la satisfacción de saber que esta invención aumentará la calidad de vida de muchísima gente.