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(Edil departamental Sergio Berton) |
En los siguientes párrafos les dejamos la historia, enviada por el propio Sergio Bertón, en la cual nos cuenta el porqué Don Ernesto Mc Alister merecía tener una calle con su nombre.
"Ernesto fue una persona fundamental de una generación fantástica.
Si fui yo quien tuvo la iniciativa de nominar una calle con su nombre es quizás porque le conocía más que otros ediles ya que yo, desde muy chico, compartí momentos e historias y anécdotas que me marcaron mucho. No tengo dudas que si yo no hubiera conocido a él y su grupo de amigos, habría cosas que no las habría hecho, yo habría cosas que no las conocería.
Todos los meses de enero, de junio, de diciembre, en los cumpleaños de mis primos y mi tía, en la navidad, nos reuníamos con nuestras familias, y allí estaba Ernesto, Tío Julio, Assandri, Juan Pedro Davyt y sus familias.
Y ese grupo de personas que charlaban constantemente de sus cosas, era por un lado el grupo que había tenido una actuación fundamental en la fundación del Liceo (Dr. Long, Assandri y J.P. Davyt) y por otro mientras Ernesto y Tío Julio se dividían las presidencias de Instituciones fundamentales de la Localidad, Juan Pedro tenía que ser el secretario de muchas de ellas.
Ernesto trabajó siempre a favor de su comunidad, fundando cooperativas, incidiendo con mucha fuerza en el funcionamiento de otros centros y era de esas personas que sentía que lo importante era que el barco navegara bien, porque sabía que todos quienes iban arriba se iban a beneficiar. No era de los que trabajaban porque querían quedarse con el barco y utilizarlo en provecho propio.
Siempre estaba en las cosas importantes de la localidad, del departamento y del país y podía una noche estar fundando una cooperativa o un frigorífico y a la mañana estaba cargando una vaca para prestarle a una familia que necesitaba la leche para su sustento.
Eran tiempos de mayor solidaridad, era el tiempo de la solidaridad de pueblo chico, de prestar una vaquita, Don Alfonso Greissing comprándole un acordeón a un cieguito, de Calleros prestándole mercadería a mi padre cuando abría su almacén y eran la competencia y a solo una cuadra de distancia. Eran los tiempos en que el cura Bacigalupe y el pastor Bertón celebraban la navidad juntos... Eran otros tiempos.
Cuanto de importante fue la obra de Ernesto y su generación porque yo no los puedo separar, porque no puedo separar la obra de Ernesto sin hablar del Tío Julio y de otros compañeros. Con Tío Julio eran amigos, sus familias eran amigas, soñaban juntos, compartieron concreciones juntos, compartieron negocios y hasta les tocó compartir situaciones complejas producto de endeudamientos agropecuarios que Ernesto siempre enfrentó con su humor.
Cuando una ciudadana argentina entró confundida en su propiedad y se encontró con Ernesto afuera, recorriendo el parquecito con el pasto recién cortado, paró su auto, bajó el vidrio y le dijo: “Buenos días, ¡que lindo es el parque! ¿es suyo?”. Y Ernesto le respondió: “No, del Banco República”.
No necesita el hombre tener un campo para tener buen humor... Solo necesita estar vivo y estar dispuesto a tenerlo. Y su respuesta, su actitud, es una enseñanza mucho más que una broma.
Si habrá sido importante la obra que realizó en la década del 60, que desencadenó el inicio de cooperativas y empresas que hoy son las que llevan a Tarariras adelante.
Nuestra historia dice que nos iniciamos en un cruce de caminos y la historia dice también que la Estación del ferrocarril fue fundamental, también mucho se ha dicho que en el 60 el sustento de Tarariras estaba dado por el funcionamiento de tres comercios enormes, como eran los de Dalmás, Greising y González y Alonso.
Pero hay pueblos que cuando se les cerró el paso del tren: murieron
Hay pueblos que cuando se les cerró un comercio importante: murieron.
Y a esta ciudad, se le cerró el paso del tren, se le cerraron los tres comercios más grandes pero la ciudad siguió creciendo al ritmo de aquellas empresas que comenzaron sus actividades en aquella importante década. Y hoy, cuando un habitante del interior del país paga en la DGI $1, en Tarariras paga $ 1,90: sin ferrocarril y sin los comercios del pasado.
Entonces yo dije que esta gente me marcó pero más aún marcó a Tarariras. Debo pensar que nuestra realidad de hoy se la debemos a ellos.
Por esa razón es que todo el espectro político del departamento, ha creído merecida esta distinción.
Yo agradezco al Intendente porque constitucionalmente no lo podríamos haber realizado si no hubiera apoyado este proyecto. Agradezco a los ediles departamentales de Tarariras del anterior período: Ricardo Aranda, Fredis Antúnez y Félix Osinaga.
A los ediles departamentales actuales: Basanta, Ingold Planchón, Antúnez y Osinaga. A la Junta Local anterior que presidía el Pato Questa. Al Municipio: la Alcaldesa Diana y sus Concejales. Todos fuimos para el mismo lado, todos ¡adelante, adelante!
Ernesto ha unido, en su honor, a los 3 partidos políticos que raramente se unen y sin embargo, 120 años después de que en un cruce de caminos se comenzara con un caserío, se ha decidido que uno de esos caminos debe llevar el nombre de Don Ernesto Mc Alister".