(Opini贸n por Daniel Bianchi) |
No poco disgusto ha causado al Gobierno Nacional el Programa
Internacional para la
Evaluaci贸n de Estudiantes (PISA, seg煤n su sigla en ingl茅s) de
la Organizaci贸n
para la Cooperaci贸n
y el Desarrollo Econ贸micos (OCDE), un organismo de colaboraci贸n internacional
fundado en 1960 e integrado por treinta y cuatro pa铆ses miembros, cuya sede
central se encuentra en Par铆s.
El objetivo de las Pruebas PISA es evaluar el grado de
capacidad de los alumnos que est谩n pr贸ximos a la finalizaci贸n de la educaci贸n
obligatoria, como garant铆a de inserci贸n en la sociedad de la cual forman parte.
Estas pruebas se realizan cada tres a帽os, y examinan la aplicaci贸n y el
rendimiento de alumnos de 15 a帽os de edad en 谩reas clave. El proceso se ha
centrado en la lectura (a帽o 2000),
matem谩ticas (2003) y ciencias (en 2006), dando paso luego a una segunda
fase de evaluaciones en el 2009 (lectura), en el presente a帽o 2012
(matem谩ticas) y en el 2015 (ciencias).
Los alumnos son seleccionados en escuelas p煤blicas y
privadas en forma aleatoria, atendiendo a su edad y sin importar el a帽o
educativo que se encuentran cursando. Con este sistema, m谩s de un mill贸n de
estudiantes de todo el mundo ha sido evaluado hasta el momento,
Las Pruebas PISA analizan, asimismo, una extensa escala de
resultados en la educaci贸n de los estados miembros (y otros estados asociados),
entre ellos la motivaci贸n de los estudiantes para aprender, y el concepto que
los alumnos tienen sobre s铆 mismos y las diferentes t茅cnicas de aprendizaje.
Pero adem谩s, analiza diversas variables, tales como si la
asistencia a educaci贸n inicial se traduce en mejores resultados a nivel
escolar, si vale la pena invertir en clases extracurriculares, si se ha
modificado la disciplina de los alumnos en los centros de estudios, cu谩les son
los mecanismos a trav茅s de los cuales algunos estudiantes de entornos
socioecon贸micos bajos logran superar los mismos con importantes 茅xitos, si la
lectura es actualmente un h谩bito entre los estudiantes, y otros.
En virtud de ello, el Programa peri贸dicamente hace p煤blicos
los resultados, lo que sirve como forma de establecer nuevas metas.
El m茅todo utilizado, claramente ha sido de aplicaci贸n en
muchos pa铆ses, pero en Uruguay, los resultados arrojados en los 煤ltimos a帽os no
han sido los esperados, y revelan que la ense帽anza uruguaya parece haber
iniciado un declive que se mantiene en forma constante.
Ante esa realidad, la l贸gica parecer铆a ser que, como forma
de revertir los malos resultados, el Gobierno Nacional reviera, por ejemplo,
sus horarios y planes de estudios, sus m茅todos de ense帽anza, y dem谩s.
Sin embargo, apelando una vez m谩s a su original usina de
ideas improvisadas e incomprensibles, opt贸 por otro camino: cre贸 el Instituto
de Evaluaci贸n Educativa (INEED), que ser谩 utilizado como medida para medir el
desempe帽o de la educaci贸n nacional y que, en la pr谩ctica, no es ni m谩s ni menos
que una manera poco elegante de desairar a las pruebas PISA, debido a que 茅stas
dejan en evidencia las falencias del gobierno en materia de ense帽anza, adem谩s
de su incapacidad para alterar la situaci贸n.
Incre铆ble. Pero real.
Nuestro pa铆s continuar谩 siendo part铆cipe de las Pruebas
PISA, pero ni las autoridades ni los sindicatos -que saludaron con euforia la
creaci贸n de la nueva dependencia- son partidarios de tomar en cuenta sus
resultados.
As铆 de f谩cil: como lo internacional no nos conviene, creamos
un sistema nacional que s贸lo admita comparaci贸n con nosotros mismos.
Pero lo que llama la atenci贸n es que el presidente del
Consejo Directivo Central (CODICEN) de la Administraci贸n Nacional
de Educaci贸n P煤blica (ANEP), Wilson Netto, se haya animado a afirmar la
utilidad del INEED para “obtener indicadores de resultados y procesos para
encontrar con qu茅 compararnos a nosotros mismos frente a la regi贸n y el
mundo", cuando precisamente lo que se pretende es evitar las
comparaciones.
La
Coordinadora de Sindicatos de la Ense帽anza, en tanto,
destac贸 como “algo muy importante" al nuevo INEED, se帽alando que “estamos
discutiendo en la regi贸n la construcci贸n de indicadores m谩s adecuados que las
pruebas PISA”, porque “queremos compararnos con procesos educativos m谩s
parecidos al nuestro que con pa铆ses que nada tienen que ver con nuestras
condiciones".
En buen romance, en lugar de compararnos con Finlandia,
Alemania, Suiza, Canad谩, Noruega, Suecia, Estados Unidos, Corea, China o Jap贸n,
tratando de imitar las cosas buenas de los pa铆ses m谩s desarrollados, nos
compararemos con Bolivia, Per煤, Venezuela, Ecuador, Argentina y otros, tratando
de salir mejor parados que algunos de ellos.
La 煤nica meta es esa: cotejarnos con aquellos cuyo nivel de
ense帽anza est谩 por debajo del uruguayo. Una desdichada y pobre meta.
Una planificaci贸n de esta clase no tiene l贸gica ni sentido
com煤n, y lo 煤nico que hace es intentar ocultar tras un velo de oscurantismo la
inoperancia y la mala gesti贸n del Gobierno respecto a la educaci贸n.
¿A alguien le cabe alguna duda?