Alguien dijo una vez: "A una
sociedad se la conoce por como trata a sus niños".
Existe un tiempo para reclamar y
también existe un tiempo para agradecer. El primero ha pasado ya y
es así que el segundo debe llegar. Es por esto que quiero destacar
la acertada decisión de retirar del programa festivo de "la
fiesta de la primavera" el certamen de selección de "Miss
Pimpollo" y "Mr. Junior”. Con gran alegría recibí la
noticia, nuevamente, en el día de reunión de padres del jardín de
infantes, de que el grupo organizador del evento había decidido
retirar del organigrama original de la fiesta dicho concurso, tras
meditar en forma madura y comprometida el reclamo anteriormente
realizado por quien subscribe y un pueblo que supo entenderlo.
Agradezco a los organizadores, que estuvieron a la altura de los
acontecimientos y supieron escuchar y enmendar una propuesta, que
entendiendo el fin perseguido se equivocaba en los medios utilizados.
Quiero también, con el debido permiso,
destacar la labor realizada por la dirección del jardín de infantes
“Hijitus”, a donde concurre mi hijo, que no le tembló el pulso
al decidir no seleccionar a ningún pequeño por encima de otro,
desde el primer momento, mas allá del pensamiento particular de los
padres presentes; un lugar en donde los intereses genuinos de los
niños siempre estuvieron protegidos y separados de cualquier tipo de
competencia institucional. La fiesta ha pasado ya, y nuestros niños
han disfrutado a su manera, con sus pares sin distinciones.
Hay quienes afirman que los niños son
los frutos de la vida, la culminación feliz de una historia de amor
entre dos seres que se quieren y desean ver realizados esos
sentimientos a través de sus hijos; esto es cierto, pero en donde
muchos ven frutos, personalmente, también veo raíces. Veo las
raíces de una sociedad nueva, las raíces de Hombres y Mujeres,
futuros líderes de sus propias vidas, que un día tomaran
importantes decisiones para con ellos y para con los demás,
alimentándose permanentemente de su infancia y de lo que en ella
haya ocurrido.
Hoy, nuestra comunidad ha salvado la
jornada, y esto no es cosa menor. Hoy, les hemos sabido dar, a
nuestras pequeñas raíces, el mejor alimento que se les puede dar;
El Respeto.
Atentamente,
Pablo Cestaro
2.667.314-8