El día 25 de agosto de 1825 en un rancho de paja y terrón junto a la iglesia de la Florida, se procedió a leer la Declaratoria de la Independencia, que poco más tarde se leyó ante todo el pueblo en la Piedra Alta, sobre el río Santa Lucía chico, a las puertas de la ciudad.
La declaratoria la leyó el propio Padre Larrobla con la asistencia de diez diputados y un secretario. Su texto decía así:
“Declara írritos, nulos, disueltos y de ningún valor para siempre, todos los actos de incorporación, reconocimientos, aclamaciones y juramentos arrancados a los pueblos de la Provincia Oriental, por los intrusos poderes de Portugal y Brasil que la han tiranizado, hollado y usurpado sus inalienables derechos y reducido al yugo de un absoluto despotismo, desde el año 1817 hasta el presente de 1825”.
Y además declaró : “Libre e independiente a la Provincia Oriental, no sólo del rey de Portugal y del emperador del Brasil, sino, también de cualquier otro poder del universo, y con amplio y pleno poder para darse la forma de gobierno que en uso y ejercicio de su soberanía estime conveniente”.
Obsérvese que esta declaratoria de independencia no lo es de las Provincias Unidas del Río de la Plata, sino del poder que nos humillaba, el Brasil, o de ulteriores dominios.
La Independencia estaba declarada, había que lograrla plenamente y en esa tarea continuaron los orientales hasta que las circunstancias políticas hicieron a la Provincia totalmente independiente y nació la República Oriental del Uruguay.