Los docentes del Liceo de Tarariras
agremiados en FENAPES adherimos a las resoluciones de AGD del 3 de
agosto de 2014 y por eso paramos el 2 de setiembre.
Resolución Nº1
Sabemos a través del propio
presidente del CODICEN que las autoridades pretenden comenzar a
publicar en la web de la ANEP los porcentajes de aprobación y
repetición en cada liceo por asignatura. Entendemos que esas cifras
no tienen valor alguno sin referencias a los estudiantes (situación
económica y social, nivel académico inicial, dificultades de
aprendizaje, proceso desarrollado en el año, inasistencias a las
instancias de evaluación, alumnos que trabajan, etc), al
funcionamiento de cada institución (cargos vacantes que afectan el
estudio, fecha en que los horarios de clase fueron definitivos,
pérdida de clases por problemas edilicios, fecha en que los docentes
toman posesión de los grupos, inexistencia de recursos didácticos,
condiciones de la biblioteca, etc) y a las características y
exigencias de cada curso (temas a trabajar y temas que deberían
haber sido trabajados años anteriores para que sea posible avanzar
adecuadamente).
Entendemos que son varios los
factores que favorecen que un docente pueda realizar adecuadamente su
trabajo, y tienen que ver tanto con el salario como con el
reconocimiento social, la posibilidad de trabajar en equipo, la
libertad intelectual, la pertenencia a un proyecto colectivo,
la asignación de sentido a la tarea educativa en función de una
utopía, la existencia de ámbitos liceales en los que negociar las
condiciones de cada centro con la dirección, y un contexto laboral
solidario.
Rechazamos enfáticamente que busque
convertirse la educación en algo a ser manejado por expertos
en sociometría, psicometría y econometría, o cualquier otro
técnico especializado en la creación de instrumentos de medición.
Resolución Nº2
Hoy la Educación Secundaria está
viviendo un proceso de intervencionismo punitivo llevado adelante por
el Consejo de Educación Secundaria e instrumentada a través
de la persecución de algunos Directores e Inspectores, y que tiene
como resultante el que se violente la libertad de cátedra de los
Profesores y además se cuestione fuertemente su formación
técnica-pedagógica.
A esta violencia se le suma la
violencia social que vivimos todos los trabajadores de la
ANEP, hecho que día a día se va naturalizando. No solo somos
violentados en este sentido, sino que además somos violentados
económicamente en función de los constantes y graves errores en las
liquidaciones de nuestros salarios.
Por ello, los trabajadores decimos
basta. Esta realidad que nos acusa indistintamente a todos los
docentes, independientemente del subsistema, hace necesario que nos
movilicemos conjuntamente en el marco de la CSEU.