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| Perteneciente a las Iglesias Evangélicas Valdenses del Río de la Plata e Italia. |
CULTO: Domingo 28 a las 10
horas.
VIVIR EN LA LUMINOSIDAD
DE CRISTO
“En él estaba la vida, y la vida era
la luz de la humanidad. (Juan 1:4)
Luz y Vida son imágenes muy ligadas
entre sí, que se deslizan a toda la historia de la salvación.
Sin embargo, “la luz vino al mundo
y el mundo no quiso aceptarla”.
Aún hoy, y cada vez con mas poder, la
ceguera del mundo persiste, y para muchos es casi imposible
diferenciar a Jesús de cualquier otra oferta de salvación, sin
poder o querer entender que sólo en él está la verdadera vida, que
solo con él se puede vivir sin confusión. Esa luz que alumbra sin
encandilar, que no titubea ni con los vientos de las dificultades,
que es constante, no puede esconderse, “brilla en las tinieblas
y las tinieblas no han podido apagarla”. La luz no pudo
esconderse nunca, porque siempre fue descubierta y seguida, requerida
su luminosidad para curar, calmar, acompañar, saciar. A esa luz que
no puede ocultarse, Jesús nos invita a descubrirla en ese modelo,
apropiarnos de esa luz distinta. Nos llama a contestar con las luces
incandescentes y artificiales que desde la oscuridad pretenden hacer
sombra a quienes quieren acercarse al resplandor de la luz,
aumentando las dudas, la soledad, la desesperación, la competencia,
para sustituir el modelo de la vida y salvación que Dios estableció
desde el comienzo.
Que la llegada de esta nueva Navidad
nos encuentre dispuestos a dejarnos envolver por el fulgor de esa luz
y que nuestra meta sea vivir cada día en la luminosidad de Cristo.
Es el primer trozo de hilo para ir tejiendo la tela de la vida en
abundancia entre todos y para todos.
Extractado de Boletín
de Iglesia Entre Ríos (La Paz)
