Estimados:
Hoy, a pocos días de haber dejado el
cargo de Alcalde de la ciudad de Carmelo, he decidido hablarles como
un ciudadano más.
Como todos saben, me tocó el desafío
de ser el primero en asumir este nuevo cargo. Sin dudas esta primera
experiencia no fue ni más ni menos que un gran aprendizaje para
todos, pero sobre todo para mí.
En el periodo que duró el gobierno
local fueron muchos los objetivos logrados y más aún las gestiones
realizadas; donde se vieron involucradas instituciones educativas,
deportivas, hombres, mujeres, en definitiva; vecinos de nuestra
ciudad.
Pero también es importante reconocer
que algunos objetivos no fueron alcanzados tal como me hubiese
gustado. Fue justamente pensando en ellos, y ahora en el papel de un
ciudadano más, que en estos días decidí darle un espacio a lo que
faltó concretar; pensando, evaluando y sacando conclusiones conmigo
mismo.
Terminé aprendiendo que hay objetivos
realizables cuando existe apoyo, y que cuando uno no cuenta con él,
sea por el motivo que sea, hay que buscar alternativas y pelear por
lo que se considera necesario para hacer mejor un lugar como el que
compartimos día a día los carmelitanos.
Asumir los errores no es más ni menos
que reconocer que uno es un ser humano antes que un dirigente
político. Por eso estoy aquí, dirigiéndome a todos ustedes,
enfrentándome con la realidad como es mi costumbre, sabiendo que no
todo salió como estaba planificado, pero con la seguridad absoluta
de haber hecho lo que estaba a mi alcance.
Esta es además la oportunidad de
agradecerles a todos aquellos que depositaron su confianza en mí
para llevar esta primer experiencia adelante, a quienes me
acompañaron en el esfuerzo, como así también a quienes no lo
hicieron en un principio, pero se sumaron mientras recorríamos el
camino.
Me han tocado atravesar nubes y
tormentas, entendiendo que es la prueba que toda persona pública
debe superar y sólo quienes estamos dispuestos a crecer como seres
humanos, las podemos afrontar. Y ha sido en esos momentos donde mi
familia ha cobrado gran protagonismo, siendo mi apoyo, acompañándome
a cada paso, entendiendo a la persona por encima del político.
Nadie dijo que sería fácil, y no lo
fue, pero me queda la enorme satisfacción de haber hecho todo lo que
estaba a mi alcance por intentar hacer lo mejor.
Muchos dicen que hay que hacer obras
simples, buscando cantidad y no calidad, para crear en la gente la
sensación de mucho, cuando en realidad es poco. Yo decidí dejar los
atajos de lado mientras duró mi período y meterme de lleno en
cuestiones profundas que beneficiaran a nuestro Carmelo.
Las críticas no se hicieron esperar,
pero preferí correr el riesgo, porque quien no lo corre es porque no
hace nada.
También atendí las solicitudes de
todos y cada uno de los ciudadanos que llegaron a mi escritorio,
logrando que el Municipio de Carmelo fuera promotor de diversas
actividades que hoy forman parte de nuestro calendario.
Reitero; ser Alcalde no fue fácil.
¿Alguien podría haberlo hecho mejor?, no tengo como saberlo. Si
otra persona hubiera ocupado mi lugar, habría contado con los mismos
recursos que conté yo, con los mismos desafíos que me tocó
enfrentar, con mucha gente a favor y mucha otra en contra. Con muchas
ideas que corrían el riesgo de quedar truncas enfrentándolos con
una ciudadanía que no conocía en detalle el esfuerzo que
significaba la gestión puertas adentro, y por sobre todas las cosas,
con una exposición que no siempre se puede manejar. Entonces, ¿se
podría haber hecho mejor?.
Me repito hasta el cansancio que más
allá de todo lo que viví estando al frente de un cargo de estas
características, tanto lo bueno como lo malo, formó parte de un
aprendizaje que me envuelve de experiencia. Hasta las lágrimas que
en la intimidad se cayeron, dejaron una enseñanza que hoy me muestra
el horizonte de otra manera.
Mi agradecimiento es profundo para
todos los que estuvieron a mi lado y entendieron que los objetivos a
veces llevan tiempo, pero se logran paso a paso. También lo hago
extensivo a quienes en su momento me criticaron, porque en realidad
generaron en mi la autocrítica, ayudándome a corregir a tiempo
diferentes aspectos. Y por supuesto, vaya mi agradecimiento a quienes
no entendieron mis ideas en un principio, pero se sumaron en medio
del camino, apoyando una gestión que con el tiempo valoraron.
El Alcalde fui yo, pero el Municipio lo
fuimos y lo seguiremos siendo todos. No lo digo yo, me lo dice la
experiencia de todos estos años. Carmelo se merece seguir creciendo,
los carmelitanos debemos seguir luchando por ese objetivo que no
conoce de banderas políticas. La comunidad la formamos todos y cada
uno de nosotros, y dependerá de cómo afrontemos el futuro para que
este lugar sea mucho mejor.
Alejandro Brusco