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Perteneciente a las Iglesias Evangélicas Valdenses del Río de la Plata e Italia. |
Cultos: Sábado 13 a las 19
horas.
Venta de cazuela de mondongo en
el predio de la iglesia y venta de postres desde la hora 12 el sábado
de junio.
Lunes 8 meditaciones bíblicas
en el Hogar de Ancianos hora 16.
Venta de ropa económica: jueves
11 desde las 15 horas.
PENTECOSTÉS
En estos tiempos mucho se habla de
diferentes fuentes de energía, pero vemos como se está apostando
principalmente a energías renovables que no afecten el medio
ambiente, como lo son el viento y el sol. Ya sabemos de automóviles
que se mueven usando baterías recargables de energía solar. Las
cimas de los cerros y serranías se están poblando de gigantescos
molinos de viento para generar energía eléctrica sin producir
contaminación ambiental.
Desde los comienzos de la historia los
hombres trataron de agradar a sus dioses, y aún al Dios verdadero de
muy variadas formas, producidas todas con mucho esfuerzo, o energía
propia.
Los discípulos de Cristo tuvieron un
gran desafío: vivir como discípulos de su Maestro y Señor
Jesucristo, proclamando al mundo entero su nombre como única fuente
de Salvación. Sus solas fuerzas, o energías iban a ser
insuficientes para poder hacerlo, pero Jesús les promete que pondrá
en ellos la más extraordinaria fuente de energía: su propio
Espíritu Santo. Dice el libro de los Hechos de los apóstoles cap 1:
verso 8 “Cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes,
recibirán poder y saldrán a dar testimonio de mí, en Jerusalén,
en toda la región de Judea y Samaria y hasta en las partes más
lejanas de la tierra”.
Con ese poder, recibido en Pentecostés,
la iglesia de los primeros tiempos salió a cumplir la orden del
Señor, proclamar el Evangelio por todo el mundo a toda criatura.
Es momento de preguntarnos si nosotros,
cristianos de hoy, siglo XXI, estamos cumpliendo con ese desafío de
anunciar a todos/as que Jesús es la única fuente de Salvación. No
estaremos, muchas veces poniéndonos en la cómoda, desperdiciando
oportunidades de hacerlo? ¿No estaremos colocando nuestros molinos
debajo de la cima de los cerros, en lugar de colocarlos en la parte
alta, para que la fuerza del soplo del espíritu de Dios nos abrace,
nos alcance, nos haga girar y nos llene de energía pasando de estar
en la cómoda a estar siendo fieles testigos de nuestro Señor
Jesús?. Muchas veces solemos comparar al Espíritu Santo con un
soplo, viento, o un ventarrón que pasa, mueve las cosas, aunque no
lo veamos. Y si, así es ese Espíritu Divino, produce cosas en
nosotros, hace efectos, nos moviliza, nos hace actuar en favor de los
demás haciéndoles conocer el mensaje de salvación, paz, amor,
perdón, alegría y esperanza que trae luz a las vidas humanas. Es
nuestra misión como cristianos, como iglesias de Cristo seguir
iluminando este mundo ensombrecido por el pecado, con la eterna
fuente de energía de vida que es Jesús.
Para terminar comparto con ustedes
apreciados oyentes la letra de una canción que dice así: Espíritu
de Dios, llena mi vida, Espíritu de Dios, llena mi ser. Espíritu de
Dios, nunca me dejes, yo quiero más y más de tu poder... Espíritu
de Dios, que descendiste allá en Jerusalén, ven otra vez. Tu fuego
alentador sature mi alma, en mí quiero sentir Pentecostés.