Al transcurrir un año de mi
enfermedad, quiero agradecer a CAMEC y sus funcionarios médicos y
personal que me atendieron y sobre todo a dos personas que nunca voy
a poder pagar el sacrificio que hicieron; mi hija y mi ex esposa. A
un enfermero y una enfermera que no recuerdo sus nombres pero se van
a identificar ya que ella me nombraba por “Mariotita”.
También a todos mis amigos que
ayudaron a mi hija con los problemas que tuvo al faltar yo y a todas
las personas que donaron sangre y aquellos que se preocuparon por mi
salud.
Gracias, muchas gracias que Dios los
bendiga.
Hugo Mariotta