Aunque es un artículo sobre ofidismo
bastante largo, lo queremos compartir porque está muy interesante.
La inusual y abundante presencia de
camalotes durante el primer semestre del año 2016 en los ríos
Uruguay y de la Plata, consecuencia directa de los arrastres
producidos durante las últimas crecientes ocurridas en el río
Paraná, permitió apreciar durante meses una suerte de manto vegetal
que cubrió gran parte de ambos cursos de agua y la arena de las
playas provocando temor ante la eventual llegada de serpientes y
otros animales. En efecto, el comportamiento natural de este tipo de
hábitat móvil, habitualmente trae consigo diversas alimañas,
siendo las más habituales insectos como grillos y langostas,
chinches acuáticas, escarabajos acuáticos y terrestres, y orugas de
mariposa, a los que ocasionalmente se suman coipos, nutrias, arañas
y, por supuesto, serpientes de diversas familias y especies. Pero más
allá de su llegada en los camalotes, las serpientes son habitantes
habituales en todo el territorio uruguayo, especialmente en la zona
rural. A los efectos prácticos hablaremos de ofidios o serpientes,
identificando como víboras a aquellas que al morder inoculan veneno
o ponzoña, y culebras a las que no lo hacen.
Algunas cifras Los fallecimientos en
nuestro país provocados por la mordedura de víboras son
extremadamente raros, y de hecho, el último del que se tiene noticia
tuvo lugar en 1986. Ese año, el Departamento de Vigilancia
Epidemiológica del Ministerio de Salud Pública (MSP) creó un Grupo
de Trabajo multidisciplinario asesor en ofidismo, que dos años
después fue oficializado como Comisión Asesora Nacional de Ofidismo
y hasta la fecha continúa desempeñándose en dicha órbita. Hasta
esa fecha, la importancia del problema era aún bastante ignorada en
Uruguay. A partir de entonces se decretó que el accidente ofídico
debía ser de notificación obligatoria ante el Centro de Información
y Asesoramiento
Toxicológico (CIAT), creado el 8 de
enero de 1975 y oficialmente inaugurado el 22 de diciembre del mismo
año, a partir de su puesta en funcionamiento, y fue desde ese
momento que se tuvo una noción precisa del problema.
Según datos de dicha dependencia, si
bien varía cada año, en promedio puede estimarse que anualmente los
casos registrados son alrededor de 56 en todo el país. Mientras
tanto, en el departamento de Colonia los casos de mordeduras desde
2011 a 2016 inclusive, han sido solamente 23, es decir, un promedio
de menos de 4 por año. De esos 23, las localidades donde más
mordeduras se han verificado han sido Colonia del Sacramento (incluye
zona rural), Carmelo y zonas aledañas, y Nueva Helvecia (incluyendo
la cadena de playas).
LAS ESPECIES PELIGROSAS
De las 38 especies de serpientes que
existen en el país, solamente 4 son potencialmente peligrosas.
Ellas son la Crucera, la Yara o Yarará,
la Cascabel y la Coral. En el departamento de Colonia, la única
especie presente que causa accidentes es la CRUCERA, y los
testimonios acerca de la aparición de yaras generalmente radican en
la confusión de quienes las identifican, ya que éstas no habitan en
nuestro departamento. Los ofidios están presentes todo el año, pero
su característica de animales ectotermos (de sangre fría) los hace
más frecuentes de octubre a abril, en los momentos del año más
cálidos.
SUS CARACTERÍSTICAS
CRUCERA (Bothrops alternatus):
Habita generalmente en lugares bajos,
áreas de bañado o de pajonales. Su tamaño generalmente no supera
el metro y medio. Se reconoce con facilidad por sus diseños con
forma de "C" (o de tubo de teléfono de discar) a los
costados de su cuerpo. No es esperable encontrar -y mucho menos
ver a distancia prudencial- la mancha en cruz en la cabeza, que
paradójicamente le da su nombre. Se alimenta fundamentalmente de
roedores. Por ese motivo y a pesar de la peligrosidad, es un
excelente control biológico. Es la única especie de serpiente
venenosa que causa accidentes presente en el departamento de Colonia.
YARA o YARARÁ (Bothrops pubescens):
Prefiere, a diferencia de la Crucera,
zonas pedregosas y de serranía. Se distribuye en áreas de esas
características. Es de menor tamaño que la Crucera, y generalmente
no supera el metro de largo. Se le reconoce por sus
manchas o diseños en forma de trapecio
y dos manchas redondeadas por debajo en sus flancos. Su alimentación
incluye roedores, aves pequeñas, batracios y reptiles.
CASCABEL (Crotalus durissus
terrificus):
Es la más escasa de nuestras especies
venenosas. Fácilmente reconocible por su apéndice córneo capaz de
producir un sonido característico. Llega a desarrollar un tamaño
considerable, superando el metro de longitud. Es además una especie
de cuerpo grueso, lo que la hace más impresionante. Su alimentación
es también a base de roedores.
Estas tres especies son
fundamentalmente de hábitos crepusculares y nocturnos, a pesar de lo
cual es muy común encontrarlas al sol durante el día en actitud de
reposo.
CORAL (Micrurus altirostris):
Este ofidio rompe todos los esquemas
clásicos de identificación de especies venenosas, ya que posee
todas las características de culebra inofensiva. No excede
generalmente el medio metro de largo. Su temperamento generalmente
pacífico hacia el ser humano hace que nunca se hayan registrado
accidentes ofídicos por mordedura de Coral. Su patrón de diseño
consta de tríadas de anillos negros separados en su interior por
anillos amarillentos-blanquecinos. Cada tríada negra está separada
por un anillo rojo. Este patrón de diseño y coloración aposemática
(el aposematismo es una estrategia que usan algunos animales para
alertar de su presencia y provocar la evasión) continúa en la
región ventral. Su alimentación es ofiófaga, es decir que se
alimenta de otras serpientes.
SERPIENTES NO VENENOSAS HABITUALES
Entre las serpientes no venenosas
(culebras) en el departamento, hay un gran número y de colores muy
variados.
Existen numerosas especies de ofidios
capaces de controlar plagas o especies no deseadas. El más conocido
de los controles biológicos realizado por estos reptiles, tal vez
sea el de los roedores. Varias son las especies que se alimentan de
estos organismos; desde la Crucera, la Yara y la Cascabel, venenosas
ellas, hasta diferentes especies de culebras como son nuestra
Parejera (Philodryas patagoniensis) y Musurana Marrón (Paraphimophis
rusticus). También algunas especies de culebras basan su
alimentación en caracoles y babosas como en el caso de la culebra
Duerme-Duerme (Sibynomorphus turgidus) y la Falsa Crucera (Tomodon
ocellatus), siendo grandes aliados del agricultor. A nivel de control
de ofidios venenosos existen otras especies de culebras; un claro
ejemplo es nuestra Musurana Negra (Boiruna maculata). Otras especies
no venenosas son la Culebra de la Arena, la Falsa Coral, la Culebra
Verde Esmeralda, la Culebra de Peñarol y otras.
LAS CUATRO ESPECIES VENENOSAS DE
URUGUAY
CRUCERA: Nótese el patrón en
forma de “C” en su piel.
YARA: Las manchas forman
especies de trapecios contrapuestos por un lado, con dos manchas casi
circulares más abajo.
CORAL: Nótese las tríadas de
anillos negros separados en su interior por anillos
amarillentos-blanquecinos. A su vez, cada tríada negra está
separada por un anillo rojo. Este patrón de diseño continúa en la
región ventral.
CASCABEL: Es fácilmente
reconocible por su apéndice córneo capaz de producir un sonido
característico.
MEDIDAS PREVENTIVAS ANTE SU PRESENCIA
Como medidas preventivas ante la
presencia de una serpiente, se aconseja:
1. Jamás agredirla, y alejarse de ella
sin molestarla (el comportamiento natural de la serpiente hará que
se haga un ovillo y se quede quieta, para luego rehuir la presencia
del ser humano y alejarse de él);
2. No introducir las manos en huecos de
árboles, nidos o cuevas, ni debajo de troncos caídos, pilas de
leñas o piedras, y no saltar esos obstáculos sin ver previamente
dónde se va a caer;
3. Usar calzado cerrado,
preferentemente de caña alta, de cuero o goma gruesa en la zona
rural (el 60% de las mordeduras se registra de la rodilla hacia abajo
y el 40% en miembros superiores);
4. Limpiar, desmalezar y tener el pasto
corto en áreas extensas alrededor de las viviendas, galpones o
campamentos.
5. Realizar el control de las
poblaciones de roedores en viviendas o galpones, no dejando expuestos
restos de comidas;
6. Revisar el lugar ante de realizar
necesidades fisiológicas en campo abierto.
MEDIDAS INMEDIATAS ANTE UNA MORDEDURA
Si bien, como hemos señalado, las
especies de serpientes que habitan nuestro país y nuestro
departamento son mayormente inofensivas y su mordedura no es
peligrosa, las mordeduras de serpientes venenosas pueden ser mortales
si no se tratan adecuadamente.
El antídoto correcto (Suero
Antiofídico - SAO) puede salvar la vida de una persona, por lo cual
es muy importante ir a la sala de emergencias lo más pronto posible.
Si se tratan en forma apropiada, muchas mordeduras de serpientes no
tendrán efectos graves.
Ante una mordedura se sugiere:
1. Trasladarse o trasladar al
accidentado lo más rápido posible al Centro Asistencial más
cercano;
2. Retirar calzado, prendas u objetos
que compriman la zona (relojes, pulseras y similares);
3. Tranquilizarse y mantener la zona de
mordedura en posición de reposo;
4. NO hacer cortes en el lugar de la
mordedura;
5. NO hacer ligaduras ni torniquetes en
el miembro lesionado;
6. NO cauterizar la herida;
7. NO dar bebidas alcohólicas al
accidentado. Sí darle agua para mantenerlo hidratado;
8. NO echar solventes de ninguna clase
en la herida (kerosene, nafta). De ser posible, sólo se recomienda
el lavado de la zona afectada con agua y jabón;
9. NO tratar de extraer el veneno
succionando con la boca la herida. El único tratamiento específico
y eficaz es la aplicación del suero antiofídico correspondiente.
A partir del 1º de enero de 2017, el Suero Antiofídico (SAO) en el departamento de Colonia se encuentra disponible en los hospitales de Colonia del Sacramento, Carmelo y Rosario. NO SE ENCUENTRA DISPONIBLE EN MUTUALISTAS NI A LA VENTA EN FARMACIAS. |
MITOS Y LEYENDAS
La serpiente jamás ha tenido una buena
prensa. Sea por ser la responsable del “pecado original” en La
Biblia, sentenciada por siempre a vivir arrastrándose sobre su
vientre, por su apariencia nada amable o por situaciones puntuales
exacerbadas hasta el mito por personas asustadas que sin querer
pisaron o perturbaron de alguna manera a una serpiente, no son los
animales preferidos a la hora de elegir mascotas. Pero mucho de lo
que se dice sobre ellas es inexacto. He aquí algunas de las leyendas
más conocidas que nos apresuramos a desmentir.
ES FALSO QUE...
Los ofidios hipnotizan a su presa.
El mito surge del ojo que no posee
párpados y de la presa que opta por no moverse para no ser
detectada.
Los ofidios maman de mujeres o
animales.
Este mito surge de la relación entre
el miedo y la descarga de adrenalina y el efecto opuesto de esta
hormona con la oxitocina, que es responsable de la bajada de la leche
en los mamíferos. Como causa se agrega el aspecto similar a la leche
cuajada de las deposiciones de los reptiles, por el hecho de que en
su sistema el aparato urinario y el digestivo desembocan en forma
conjunta en una cloaca. Ni su lengua ni la estructura muscular y ósea
les permiten succionar.
Las víboras pueden producir algún
tipo de daño con la lengua o con la cola.
La primera sirve como órgano de
percepción y la segunda es utilizada como una distracción para la
presa o el agresor por algunas especies o como forma de mostrar
ciertos colores que en la naturaleza indican peligro.
Las víboras son repelidas por el
ajo.
La evidencia científica disponible
indica que el ajo no ejerce ningún tipo de efecto sobre los ofidios.
Un glifo (el diente inoculador)
desprendido e incrustado en una prenda de ropa o calzado (una bota de
potro, dice la leyenda), pueda causar la muerte de una persona.
El glifo es sólo un vehículo para el
veneno. Sin la glándula productora y los sacos donde se almacena el
mismo, sólo una ínfima cantidad podría introducirse a través de
la piel que se pudiera lesionar con la pieza incrustada.
Las serpientes no muerden en el
agua.
Nuestra gente de campo sostiene que las
víboras se despojan de sus sacos de veneno al entrar al agua. Por lo
tanto se supone que no muerden mientras nadan. Pues bien, es
totalmente imposible que los animales de desprendan de parte de su
anatomía. Las víboras no pueden “sacarse” las glándulas
productoras de veneno, ya que esta acción sería análoga a que
nosotros dejásemos las glándulas salivales antes de entrar al agua:
es imposible. El fundamento por el cual se presume que no muerden en
el agua, es el hecho de que para poder dar un “bote” (ataque)
necesitan tener apoyados dos tercios de su longitud total. Al no
tener apoyo sólido no podrían proyectar la cabeza y lanzar el
"bote". Sin embargo, las serpientes sí pueden morder aun
en el agua.
Las serpientes siempre andan en
pareja.
Muchas veces al encontrarse una víbora
se busca desesperadamente a su compañera, pero casi nunca se
encuentra. Esto es porque, al contrario de la creencia popular, los
ofidios son animales solitarios. Solamente en la época reproductiva
se pueden observar en parejas o se puede encontrar otro ejemplar
cerca (siguiendo el rastro).
El cuero de lagarto ahuyenta a las
víboras.
Se ha comprobado experimentalmente que
el cuero de lagarto no ahuyenta a las víboras. Es más, en muchos
casos el lagarto forma parte de su alimentación, aunque no obstante,
lagartos adultos pueden predar sobre crías de víboras.
Las víboras saltan.
Al atacar los ofidios no despegan su
cuerpo del suelo de forma completa. Necesitan un punto de apoyo para
impulsar el cuerpo durante su ataque.
Los ofidios mueren dentro de un
"círculo de baba".
Se cuenta como leyenda que los ofidios
pueden ser retenidos dentro de un “círculo de baba” que hace el
sapo mientras duerme o bien los ciervos, y que la víbora muere de
hambre dentro de él. Es totalmente falsa esta creencia, y
desconocemos cuál es su origen.
Las serpientes son animales
perjudiciales.
Por el contrario, al margen de la
condición amenazante al ser humano, las serpientes tienen un rol
ecológico importante y positivo, por ejemplo, ingiriendo otras
especies animales que afectan directamente a la agricultura y salud
humanas. Existen numerosas especies de ofidios capaces de controlar
plagas o especies no deseadas. El más conocido de los controles
biológicos realizado por estos reptiles, tal vez sea el de los
roedores. Varias son las especies que se alimentan de esta plaga;
desde la Crucera, la Yara y la Cascabel, venenosas ellas, hasta
diferentes especies con hábitos primordialmente ofiófagas pero que
no rechazan un roedor que se les cruce. Nos referimos a la Musurana y
la Musurana Negra. A nivel de control de ofidios venenosos existen
dos géneros, los ya mencionados Paraphimophis y Boiruna, cuya
alimentación básica es de ofidios. Es por este motivo que las
especies son protegidas por nuestro hombre de campo.
TELÉFONOS DE INTERÉS
Emergencia Policial: 452 911.
Policía Caminera: 455 88376.
Centro de Información y Asesoramiento
Toxicológico (CIAT): 1722 (Las 24 horas).
Bioterio de Animales Ponzoñosos
(Serpentario) del Instituto de Higiene: 24871288 - 24871296
(Solamente los miércoles).
Intendencia de Colonia - Dpto. de
Planificación, Ordenamiento y Vivienda - Dirección de Medio
Ambiente: 452 25208 - planificación@colonia.gub.uy.
Intendencia de Colonia - Dpto. de
Higiene y Servicios: 452 27000, Internos 238, 295 y 296 - Mail:
higiene@colonia.gub.uy.
Este artículo contó con la
colaboración del biológo Ignacio Lombardo (Serpentario), y de las
doctoras Alba Negrín y Florencia del Cioppo (CIAT).
¡EDUCAR ES PREVENIR!
Dpto. de Planificación, Ordenamiento y
Vivienda - Dirección de Medio Ambiente.