Dos camiones trasladando lácteos
uruguayos a Brasil fueron detenidos en la frontera. Como consecuencia
73 vehículos portando mercaderías del país norteño al nuestro
tampoco pudieron trasponer el límite. Horas después, varias
comunicaciones telefónicas mediante, se permitió el ingreso de los
productos de Uruguay, por consiguiente se normalizó el flujo. El
episodio describe una situación tan sorprendente como ilógica.
Brasil suspendió las licencias de
importación de productos lácteos desde Uruguay hasta que se
demuestre que la totalidad de la leche importada es de origen
uruguayo. La acusación de triangulación y la medida señalada,
partió de Blairo Maggi, Ministro de Agricultura de Brasil, con el
argumento que el supuesto procedimiento perjudica a los productores
de leche de Rio Grande do Sul. Los brasileños dan un plazo de tres
semanas para verificar la denuncia.
La Cancillería uruguaya tomó contacto
con Brasilia, pero el Ministro de Relaciones Exteriores brasileño
dijo que desconocía la medida adoptada.
Brasil es el principal cliente de la
cadena de valor láctea uruguaya, aunque este año ha bajado sus
compras en casi un 25% respecto al año anterior, cuando tomó el
primer lugar en la estadística de compradores luego de la debacle
venezolana. Sin embargo, siempre hubo una constante presión de las
organizaciones de productores de leche y de industrias lácteas de
los estados sureños para que se limiten hasta casi suprimir las
importaciones en la región. Ese looby ha conocido circunstancias de
máxima actividad y otras de latencia. Hace mes y medio, en
oportunidad de la Expo Inter, Blairo Maggi embistió con el tema y
exigiendo la cuotificación de las compras de lácteos uruguayos. Una
semana después en San Pablo, el Ministro Tabaré Aguerre le hizo
conocer, una vez más, su discrepancia. Las cosas parecieron ingresar
en una etapa de adormecimiento, pero esta semana irrumpieron con
inusual violencia al conocerse la medida drástica de prohibir el
ingreso de lácteos uruguayos y la fuerte acusación de
procedimientos de triangulación.
La semana pasada se realizó en
Brasilia una sesión con negociadores de la Unión Europea y
Mercosur, apuntando a una instancia de avance para la primera
quincena de diciembre, en el proceso de procura de un tratado de
libre comercio TLC. Con lo ocurrido esta semana, desde distintas
tiendas políticas y empresariales retoman vigor los argumentos de
fuerte cuestionamiento al Mercosur, así como el señalamiento del
retroceso que esta actitud brasileña conlleva hacia el proceso de
negociaciones con la Unión Europea.
En la conferencia de prensa de los
Ministros Tabaré Aguerre y Rodolfo Nin Novoa quedó claro la falta
de sustento de la sorprendente medida brasileña.
Quizá lo ocurrido esta semana quede en
nada. De todas maneras debe convenirse que los embates son cada vez
más contundentes. Es, sin duda, el alto precio de la “Brasil
dependencia”.
Si se presta atención a los grandes
números de la lechería brasileña, resulta fácil concluir que
Brasil no podrá ser por mucho tiempo el cliente que ha sido hasta
ahora para Uruguay. Simplemente no necesitará lo que hoy le
mandamos, al menos en las cantidades que necesitamos enviarle. Quizá
incidentes como el de esta semana puedan servir para empezar a pensar
otra estrategia en cuanto a qué productos lácteos exportar y a qué
destinos.
Fuente: TodoTambo.