El 29 de septiembre de 1979, rotarios y
delegados del Ministerio de Salud de Filipinas, observaban mientras
los voluntarios administraban las gotas de la vacuna antipolio de
Sabin a un grupo de niños del barrio de Guadalupe Viejo, en Manila.
Cuando James L. Bomar Jr., presidente
de RI en aquel entonces, aplicó las primeras gotas de la vacuna a un
niño, lanzó oficialmente la campaña de vacunación contra la polio
en Filipinas, y así comenzó el primer proyecto de Subvenciones de
Salud, Nutrición y Desarrollo Humano (3-H) de Rotary. Bomar y
Enrique M. García, el ministro de Salud filipino, firmaron el
contrato que comprometía a Rotary Internacional y el gobierno
filipino a emprender jornadas de vacunación contra la polio durante
varios años, en beneficio de un total aproximado de seis millones de
niños, a un costo de U$S760.000.
Bomar hizo un recuento del viaje en una
entrevista en 1993, recordando como el hermano de uno de los niños
vacunados le haló del pantalón para decirle, ”Gracias, gracias,
Rotary”.
El éxito de este proyecto fue el
cimiento de la campaña que se convertiría en la prioridad principal
de Rotary. Gracias a la gestión de la organización, más de 2.500
millones de niños han sido vacunados. Desde el inicio de la campaña
en 1985, la incidencia de la polio en el mundo ha disminuido en 99%,
y sólo quedan 3 países dónde el virus es endémico: Afganistán,
Nigeria y Pakistán.