La próxima semana podría definirse la
posible compra por parte del Estado del predio, ubicado en la zona
centro de la ciudad de Paysandú, donde se emplazaba antiguamente la
empresa láctea Pili. Si así sucediera, lo cual todavía depende de
varios acuerdos, la empresa podría acceder a un monto próximo al
millón y medio de dólares, y de esa forma plantearse la
eventualidad de hacer frente a sus obligaciones ante los productores
remitentes, así como con los obreros y empleados, todos acreedores
de este emprendimiento.
Con más de medio siglo de vida, Pili
recibe diariamente entre 90 y 110 mil litros de leche, materia prima
procedente de unos 75 productores, a la mayoría de los cuales les
está debiendo entre cuatro y cinco meses, situación que compromete
en forma extrema la permanencia en actividad de esos establecimientos
lecheros.
Por otra parte, la empresa tiene una
plantilla de alrededor de 160 obreros y empleados, con los cuales
tiene también situaciones de haberes impagos.
Pili realizó inversiones de fuste
durante el período de auge del sector y, al momento de hacer frente
a los servicios de deuda, se encontró con un mercado irreconocible y
con la caída de Venezuela como cliente. A partir de entonces inició
una peripecia financiera de la cual no tiene miras de zafar. La
estrategia trazada este año, luego del fracaso del
redireccionamiento de materia prima de Conaprole para elaborar
mozzarella por oposición sindical, es la de conseguir un socio
inversor en el extranjero. En caso de lograrlo, las distintas etapas
a cumplir, ya inherentes al negocio en sí como a las condiciones de
trámites, insumirían como poco medio año. Por lo tanto, de
concretarse la venta del emplazamiento de la antigua planta, depende
en gran parte el destino de la emblemática láctea sanducera.
Fuente: TodoTambo.