Por lo menos el 30% de cada pila contiene metales pesados -mercurio, níquel, litio, plomo-, considerados tóxicos para el ambiente y perjudiciales para la salud. Pueden filtrarse al suelo y contaminar los mantos freáticos, por lo que se recomienda no depositarlas en la basura doméstica.
La iniciativa, impulsada en 2014 por el Municipio y su comisión de Medio Ambiente con el apoyo de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), busca generar compromiso ambiental a través de la recolección de pilas usadas pero también envases plásticos, residuos electrónicos y medicamentos. Desde siempre contó con el apoyo de una red de comercios y el entusiasmo de los vecinos.
Para la deposición final el Municipio utiliza un encofrado de madera y malla metálica con formato de cubo, que una vez rellenado con cemento se convierte en banco. El asiento se completa con elementos provenientes de envases plásticos y pasa a formar parte del mobiliario exterior de escuelas y liceos.
Esta semana será la vez de celebrar el cuidado del medio ambiente en la Escuela Especial N°136 y en la Escuela N°39. Antes de fin de año se alcanzará a todos los centros educativos.