Acaba de salir a la venta el libro “Yo
una vez tuve una familia de demonios”, del tararirense Juan Manuel
Bertón Schnyder. Por ese motivo, conversamos con el autor sobre este
libro.
Hace unos meses adelantábamos en
nuestras redes sociales la noticia del premio que obtuviste con tu
libro. Ahora, finalmente está a la venta.
Sí, esta semana comenzamos con la
distribución y venta del libro, que se puede conseguir en Tarariras
(librería Lo’Quito) a solo $300, o en Colonia Shopping (Libros-Libros) y en las
principales librerías de Montevideo (distribuye Gussi Libros) a $360.
¿Cómo fue el proceso de publicación?
El libro se publica como parte del
Premio Horacio Quiroga, un concurso regional que organiza la Casa
Museo Horacio Quiroga y la Intendencia de Salto. El libro es editado
por el Ministerio de Educación y Cultura, y en estos meses estuve
trabajando con ellos en corrección, diseño e impresión del
trabajo.
En ese proceso me contacté con
Juancho Vergara, le pasé el material y se puso a dibujar sobre los
cuentos. Gracias a eso, pude incluir en la primera edición del libro
un diseño de Juancho en tapa, y en la segunda edición (que ya
comienza a comercializarse) pude incluir algunos dibujos en el
interior del libro. Un verdadero lujo para este libro tener dibujos
de Juancho, un tipo super talentoso.
¿Qué nos podés decir del libro, de
tu estilo?
El libro contiene unos treinta
relatos de ficción, que transcurren en su mayoría en Tarariras. En
todos los relatos hay algún elemento fantástico; hay
extraterrestres, gente que literalmente no tiene cabeza, una paloma
que se candidatea a la Presidencia de la República, y lo que es
peor, gana (risas).
Me gusta mucho ese recurso, traer
elementos absurdos que te interrogan, te muestran dónde estás
parado realmente. A veces lo hacen a través del humor, y a veces con
cosas más oscuras. Pero siempre, en el fondo, conectan con cosas
reales, cosas que sentimos o que nos pasan. Mi estilo tiene
influencias de escritores que van en esa línea, como Franz Kafka,
Julio Cortázar. También del uruguayo Felisberto Hernández.
El libro es simple, sencillo, usa un
lenguaje bien llano, aunque las historias no son así de simples.
Disfruté mucho escribiéndolo, ¡espero que les guste!